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22 may. 2018 18:40H
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George Bernard Shaw decía que “hay hombres capaces de sentir y hasta de sentir delicadamente e incapaces de exteriorizar sus sentimientos”. Hoy retomo, después de un silencio deliberado de 3 meses, mi colaboración en Redacción Médica. Escribía entonces en relación a las razones que teníamos para manifestarnos todos los médicos, y lo hacía por sentir una necesidad de exteriorizar lo que era una opinión que debía compartir.

He permanecido estos meses atónito viendo cómo se iban sucediendo un escándalo tras otro, cómo esta vorágine de acontecimientos se sucedía sin descanso. Todo lo relacionado con Cataluña, un sin parar, a la vez que aparecían el caso Cifuentes, el juicio de los ERES, el caso ambulancias, la elección de Torra, el caso Casado, el caso Iglesias/Montero y hoy el caso Zaplana. No te terminabas de enterar de uno cuando aparecía el otro. Así día tras día. Así viendo cómo un escándalo tapa al anterior; así entrando en esta carrera de ver quién presenta el caso mas sangrante, si es que no todos lo son por igual.

Estamos inmersos en un momento político en el que ya se ha decidido que toda la “merde” aflore a la vez, generando un ambiente irrespirable. Todos contra todos, todos al ataque, todos pensando en las encuestas y buscando un rédito electoral. Hay expectativas reales para los 4 principales partidos políticos y los ataques son de fuego cruzado y sin distinción de enemigos.

"Los problemas se enquistan, se aparcan mientras nuestros insignes dirigentes se dedican a su estrategia para alzarse con el poder"



Mientras todo esto sucede, los pobres ciudadanos, y en lo que a mi respecta, los profesionales sanitarios, los médicos, todo el personal, ven cómo los problemas se enquistan, se aparcan, se dejan en el cajón, mientras nuestros insignes dirigentes se dedican a lo que realmente les importa, su estrategia para alzarse con el poder. Qué pena, qué vergüenza, qué asco. Es el nuevo pan y circo.

Los médicos nos manifestamos en Madrid el pasado 21 de marzo, hicimos huelga, nos concentramos ante la Consejería de Sanidad; hoy han sido los jueces y fiscales quienes han secundado una huelga. ¿Nadie se plantea qué está pasando para que estos dos colectivos convoquen huelgas y manifestaciones? No claro, ellos, los políticos, están en otras cosas.

Los problemas crecen. Los recortes pasan factura. Los profesionales estamos cansados y hartos. Los pacientes aguantan incrementos de listas de espera, ya hasta para acceder a la consulta de su médico de familia. Mientras tanto, todos a la espera de un nuevo presidente de la Comunidad de Madrid. A la espera de un nuevo Gobierno.  A la espera de ratificar o cambiar a los altos cargos. Y por fin, tenemos presidente, consejero y mandamases de la Sanidad; ¡Qué decepción! Los cambios no parecen nada nuevo; un rescatado de la época nefasta del Ébola, otro que vuelve a temas de sanidad tras un breve periodo como portavoz en la Asamblea, y uno que continúa su meteórico ascenso y llega a la Viceconsejería. Mas de lo mismo, buena gente en lo personal, y parece que con encomienda de “aguanta el barco hasta las elecciones”.

Ojalá me equivoque y estos cambios sean los necesarios para emprender un trabajo ingente que hay pendiente. La carrera profesional, las OPEs, los traslados y orden en las contrataciones, tomarse en serio la negociación de unas condiciones adecuadas que den como resultado el final de estas listas de espera bochornosas, sacar adelante los reglamentos que desarrollen la llamada Ley de profesionalización (el “modelo Madrid” de aquel consejero dicharachero de los abanicos), un plan de infraestructuras creíble y real, que ponga fin a las caídas de techos, inundaciones…etc. Podría seguir un buen rato denunciando los temas pendientes. Infraestructuras y condiciones laborales justas, fin de la precariedad, recuperación de poder adquisitivo, 35 horas semanales, plantillas suficientes……tantas y tantas cosas.

Yo prefiero ser de los que exteriorizan sus sentimientos, y estos son los míos, que, a diferencia de mi estimado Groucho Marx, son los que son y no tengo otros.