El número de
conductas suicidas se ha incrementado tras la pandemia, convirtiéndose en un problema social y sanitario de primer orden y en una de las
principales causas de mortalidad en adolescentes. En concreto, en este grupo de edad, el suicidio ha aumentado casi un 50 por ciento desde el año 2004, siendo también la primera causa de mortalidad externa en estas edades (Instituto Nacional de Estadística, 2018).
Si bien no existe una causa objetiva para el suicidio, sí hay una serie de
factores de riesgo asociados como el acoso, el ciberbullying y otras dificultades de convivencia en el ámbito escolar, según el estudio ‘Conducta Suicida y Salud Mental en la Infancia y la Adolescencia en España (2012-2022)’ de la Fundación Anar.
Estos datos preocupan especialmente a los padres y madres de menores en edad escolar. La encuesta realizada por el
Colegio Oficial de Enfermería de Madrid ‘Salud en la edad escolar: preocupación y problemas de salud en los niñas y niños madrileños’ así lo avala. Por lo que respecta a Primaria (de 6 a 12 años) y Secundaria (de 12 a 16 años), la principal preocupación de los progenitores es, precisamente, el acoso escolar (más del 90% de los padres aseguran sentirse mucho o bastante preocupados por ello).
Con estas cifras tan alarmantes sobre la mesa,
tenemos la obligación de actuar de inmediato, ya que tanto el acoso escolar como el suicidio en adolescentes se pueden y se deben prevenir.
Derrotar el tabú
Para empezar, y centrándonos en el suicidio, estamos ante un comportamiento que durante mucho tiempo ha sido considerado tabú por gran parte de la sociedad. Del mismo modo, muchos adolescentes no han sabido o no han podido pedir ayuda, llegando a tomar la decisión de suicidarse al no encontrar el respaldo necesario.
"El suicidio es un comportamiento que durante mucho tiempo ha sido considerado tabú por gran parte de la sociedad"
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Llegado a este punto es prioritario y urgente tomar medidas estratégicas que aborden estos factores de riesgo y se potencie la labor preventiva de profesionales como las enfermeras (escolar, pediátrica, de salud mental, familiar y comunitaria), con visión integral y en los diferentes ámbitos, con un abordaje multidisciplinar con otros profesionales. Estamos ante
un problema de Salud Pública que debe adquirir mayor relevancia sanitaria y social, sumando también esfuerzos para acabar, entre otras cuestiones, con la estigmatización de problemas de salud mental.
El conocimiento científico y el potencial de estas enfermeras es un recurso clave para el abordaje de la conducta suicida en los diferentes niveles de atención del sistema sanitario, empezando por la Atención Primaria donde
Enfermería es el eje de los cuidados, y como complemento del sistema educativo que acerque la prevención y relaciones a estas profesionales como referentes para solicitar ayuda.
Un paso más allá de la visibilidad
Hablar y visibilizar el acoso escolar es un paso, pero se debe ir más allá. Tenemos ante nosotros la responsabilidad de trabajar en un marco de actuación con
pautas específicas que nos permitan enfrentar esta realidad de forma adecuada, enmarcadas en estrategias multidisciplinares que incluyan medidas preventivas. Y en esta línea, tenemos que prestar especial atención al acoso escolar o bullying que sufren muchos adolescentes y que pueden en desembocar en intentos autolíticos o incluso en suicidios.
"Tenemos responsabilidad de trabajar en un marco de actuación que nos permita enfrentar esta realidad"
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Hay que estar atentos a los signos que nos puedan advertir de un riesgo inminente de suicido, y aquí contamos con un aliado importante, la
enfermera escolar, responsable de proporcionar cuidados profesionales a los alumnos, detectar necesidades en el alumnado y colaborar en conjunto con el resto del equipo escolar y las familias.
Pero más allá de datos y demandas, tenemos que reflexionar sobre la
salud mental de nuestros adolescentes y jóvenes y su bienestar emocional; poner en el centro del debate la necesidad de estrategias de abordaje y, sobre todo, que detrás de un caso de acoso, de un intento de suicidio, hay una historia que debe ser escuchada.