El refranero español es una fuente de sabiduría infinita y, en muchas ocasiones, es la mejor forma de definir y representar muchas situaciones. Ya lo dijo Cervantes en El Quijote, “Los refranes son sentencias breves, sacadas de la experiencia y especulación de nuestros antiguos sabios, y el refrán que no viene a propósito antes es disparate que sentencia”. En este caso queremos hablar acerca de la relación de los médicos con las pólizas de salud, que sólo se puede entender bajo las líneas de la sabiduría popular. Es paradójico que los profesionales sanitarios son los que menos pólizas de salud contratan, a pesar de ser las personas que mayor contacto y mejor conocimiento tienen sobre la salud. La mejor respuesta a esta llamativa incongruencia se encuentra en el refranero español: “en casa del herrero, cuchillo de palo”.
La práctica demuestra que los médicos no se prodigan en la contratación de estas pólizas. Cuando un profesional se enfrenta a un problema grave de salud, suele a acudir a la sanidad pública, porque sabe que la infraestructura y la maquinaria necesaria se encuentra allí. La otra manera en la que afrontan estas situaciones suele ser pidiendo favores a colegas de profesión para que le realicen las pruebas determinadas para obtener un diagnóstico concreto.
Esto no puede ser así, los médicos deben ser ejemplo para el resto de la sociedad. Habitualmente, los profesionales recomiendan actitudes que promocionan la prevención de la salud y lo más adecuado es que ellos fueran el primer ejemplo. La pandemia nos ha recordado que la salud es el bien más valioso que tenemos, y no la podemos valorar sólo cuando se ve afectada.
Desgraciadamente, va a llegar un momento que nuestra salud se va a resentir independientemente de nuestro puesto de trabajo, nuestra capacidad económica, nuestra ideología, nuestra ciudad, etc. Por ello, cuando llegue ese momento debemos estar preparados, porque las enfermedades no sólo afectan al paciente, sino a todo su entorno. Contratar una póliza de salud es un acto de filantropía para los familiares y amigos que, ante una situación límite, van a tener la tranquilidad de contar con una protección adecuada.
En definitiva, carecer de una póliza de salud es un acto imprudente.
El sector sanitario es uno de los más dinámicos de la sociedad y debe seguir siendo así. La sanidad camina de la mano de la tecnología y de las necesidades de la sociedad. Además, la propia evolución de la población, cada vez más longeva, obligará a prestar más atención a la prevención. Por ello, constantemente aparecen nuevos tratamientos y nuevas técnicas que las compañías intentan integrar en sus pólizas para estar a la altura de las necesidades de los médicos.
Esta cultura de la prevención está a la orden del día, y el acceso a ella es cada vez más sencillo. Existen multitud de programas que fomentan la vida sana, apps en los móviles que ayudan a mantener hábitos saludables y miles de fuentes de información que alimentan esta dedicación por la prevención.
No obstante, esta cultura de la prevención no es algo nuevo, sino que el antes mencionado refranero español tiene su parcela para la prevención y, hasta el gran Don Quijote de la Mancha se lo hizo saber a su fiel escudero Sancho: “hombre prevenido, vale por dos”.