El nuevo Gobierno de la Comunidad Valenciana ha llegado al acuerdo de que al frente de las consellerias de Salud y Educación van a poner a independientes de reconocido prestigio.
Suena bien. Espero que realmente consigan situar y convencer a personas independientes y de reconocido prestigio. Lo peor que le puede pasar a sanidad -o salud, como prefiero llamar al sector- es poner políticos que no sepan de qué va. Es un sector complejo y el que más presupuesto necesita en una comunidad autónoma y gestionarlo bien es fundamental.
Conozco bien la Comunidad Valenciana, donde he sido gerente muchos años, de diversos hospitales y áreas de salud en Alicante, y sé de algunas personas independientes y de reconocido prestigio que podrían ser buenos conselleres y me voy a tomar la libertad de nombrarlos sin avisarlos siquiera. Espero que no me retiren el saludo después de esto.
Sin embargo, lo del reconocido prestigio se puede interpretar de varias maneras. Hay por ejemplo médicos de prestigio asistencial pero que no tienen conocimientos de gestión sanitaria. Entre los asistenciales, quizá el médico más famoso y mediático sea el dr. Cavadas, famoso por sus trasplantes de miembros y luego de cara. Además, Pedro creo que es un buen gestor, tanto de su imagen como de la Fundación que lleva su nombre. Este hombre es un crack que suele ir en bici al trabajo, como gusta a los progres, pero es un espíritu demasiado libre, indomable y políticamente incorrecto para cualquier gobierno, por muy moderno y progresista que sea. No tiene medias tintas ni pelos en la lengua y no aceptaría un cargo que le viene pequeño, y ni le atraiga ni le convenga.
Hay otras personas de reconocido prestigio ligadas a la salud y la universidad, la mayoría catedráticos o profesores titulares de salud pública, que tienen una visión muy global y adecuada de cómo mejorar la salud de las poblaciones. Entre ellos, José María Martín Moreno que es el catedrático de Salud Pública de la Universidad de Valencia, advisor de la OMS y profesor asociado de la Universidad John Hopkins. Doctorado en Harvard y premio en dicha universidad al merito en Salud Pública, tiene un expediente académico de matrículas de honor, premio extraordinario de licenciatura, cientos de artículos de investigación y cargos a su espaldas como director del Centro Nacional de Epidemiología, de la Escuela Nacional de Sanidad, de la Agencia de Evaluación de Tecnologías y director general de Salud Pública en el Ministerio de Sanidad. En su contra para que se piense en él, es que a pesar de su perfil muy profesional y científico sus cargos los tuvo en gobiernos del PP. De cualquier modo, el cargo de conseller le queda muy pequeño y mermaría, al menos temporalmente, su intensa actividad científica internacional. Es decir, ni se lo ofrecerán y tampoco creo lo aceptaría.
De similar perfil a José Maria, con menos currículum, pero jugando a su favor que fue director general de Salud Pública con el PSOE, y que fue cesado por [la exministra Leire] Pajín, lo cual demuestra más su valía, es Ildefonso Hernández, actual catedrático de Salud Pública de la Universidad Miguel Hernández de Elx. También asesor de la OMS y presidente de Sespas. Por su perfil progresista, probablemente sea de los que menos anticuerpos pueda despertar en el nuevo Consell. Un candidato muy serio e interesante que además cree en políticas de salud similares a los actuales inquilinos del Consell.
En el ámbito gestor puro, en la Comunidad Valenciana tenemos a Mariano Guerrero, actual secretario de la Sociedad Española de Directivos de la Salud. Hombre de gran experiencia y mano izquierda, ha sido gerente de grandes hospitales tanto con administraciones del PSOE como del PP, entre ellos el Ramón y Cajal , San Juan de Alicante y La Arrixaca en Murcia. Es académico de Farmacia y Medicina y muy ilustrado. En su contra, que ahora trabaja en Ribera Salud (modelo Alzira), contra el que tiene grandes prejuicios ideológicos la izquierda, que no están basados en el análisis de su efectividad real, que es muy alta.
También de prestigio en el mundillo de la gestión sanitaria es Juan Antonio Marqués, que ha sido también gerente de múltiples hospitales y centros en administraciones tanto del PSOE como del PP, entre ellos el Hospital de Parapléjicos de Toledo, el Hospital General de Elx y el Hospital General de Alicante. También fue director general de Asistencia Sanitaria en Murcia. Es el actual presidente de la Sociedad Española de Directivos de la Salud en la agrupación territorial de la Comunidad Valenciana. Hombre discreto, eficaz y de muy buen talante.
De perfil también gestor y conocedor del sector es José Ángel Sánchez Navajas, actual director territorial de la Consellería de Sanidad en Alicante, que también ha tenido cargos diversos con gobiernos del PSOE y PP, y destaca por su sentido común, discreción y perspicacia.
Con un perfil técnico y científico interesante y progresista, dos cabezas muy bien amuebladas y conocidos en el mundo de la salud pública enfocada en el análisis de los servicios de salud son Salvador “Boro” Peiró y Ricard Meneu, que han colaborado mucho en evaluar servicios de salud y son personas muy interesantes e independientes, expertos en economía de la salud, de prestigio nacional y casados con la verdad de los datos.
Un profesional de la Comunidad Valenciana, pero que ahora está en Madrid de jefe de Servicio Preventiva en el Hospital Ramón y Cajal es Jesús Aranaz. Colaborador de la OPS y la OMS, ha sido el director de los principales estudios nacionales de efectos adversos y probablemente el mayor experto en España sobre seguridad del paciente. También fue director de varios centros sanitarios con el PSOE y no ha tenido cargos significativos, excepto los académicos y de méritos científicos propios, con el PP. De buen carácter, conciliador y muy inteligente. Es de los que les gusta sumar y sería un gran conseller. Tendría que renunciar a su jefatura en el Ramón y Cajal para volver.
Un nombramiento rompedor sería el de Miguel Ángel Mañez, un economista absolutamente independiente, de fama nacional por ser el gestor sanitario que más seguidores tiene en twitter y probablemente el blog más leído de España en gestión sanitaria (Salud con cosas). Muy ligado a su Valencia natal, ha sido director de Gestión de grandes centros, incluido el Complejo Hospitalario de Toledo. Amante y defensor de las nuevas tecnologías y la transparencia. Abstemio y anti traje. Nunca ha llevado una corbata y de irreductibles convicciones éticas. Joven y sumamente dinámico, no dejaría indiferente a nadie y sabría rodearse de los mejores y de ideas más modernas. Su nombramiento sería tan raro como esperanzador para volver a creer en la política.
Pero quizá nos sorprendan y se traigan a alguien de fuera de la Comunidad que sea de prestigio en activismo político - sanitario como Marciano Sánchez Bayle, cuyo mérito principal es haber sido presidente de la Fadsp, activistas por una sanidad pública pura y funcionarial donde cuanto más de todo haya mejor. Hacen un estudio anual donde puntúan mejor a los servicios de salud en función de la cantidad y no de la calidad o la eficiencia en su ranking; cuantas más camas, aparatos de resonancias, TACs y personal tengan, mejor es. Lo contrario a la eficiencia o la buena gestión o a la tendencia a una medicina más segura donde se consiga más con menos, y que se fija más en la capacidad resolutiva, la eficiencia y la salud que produce, y busca alternativas a la hospitalización, atención a cronicidad y a domicilio, promocionar la salud, etc. Lo que es seguro es que como conseller, con la filosofía de cuanto más mejor, puede quebrar financieramente la Comunidad, pues la sanidad al libre albedrío de cuanto más mejor es un pozo sin fondo de gasto.
Una última opción es que nos traigan a alguien de reconocido prestigio, pero de fuera del sector. Un abogado o un juez, quien sabe. Espero que el reconocido prestigio no sea solo relumbrón y tenga cualidades de buen gestor y le dejen gestionar, cuestión que no está tan clara en ejecutivos muy ideologizados, donde las directrices están muy marcadas por la ideología, y hay poco margen de maniobra. Y quizá en ello consista el mérito de un buen gestor sanitario en España, donde todo es rígido, burocrático y jerarquizado, en conseguir que, a pesar del encorsetamiento que suelen producir las ideologías y la primacía de la seguridad en el puesto frente a la capacidad, haga el malabarismo de conseguir flexibilizar y potenciar a todos los actores y profesionales del sector, motivándoles para que sigan dando lo mejor y tengan en cuenta el objetivo último de ganar más salud para las personas y la población que atienden.
Y, sea quien sea, desearle acierto y suerte en la nueva Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública, que es como se va a denominar.