La Audiencia Provincial de Madrid ha confirmado la absolución de Rafael Chacón, fabricante y distribuidor del producto Bio-Bac, por un delito contra la salud pública. Sí se le ha considerado culpable de un delito contra los consumidores, por el que cumplirá cuatro meses y medio de prisión. Parece una sanción poco ejemplar para un producto que se comercializó sin autorización ni ensayos clínicos pertinentes y que se anunciaba como remedio para multitud de males, entre ellos, el cáncer, el sida o la artrosis. Señala la sentencia que no se ha acreditado peligro para la vida o la salud, ni que se incitara al abandono de los tratamientos. En consecuencia, la Audiencia Provincial de Madrid querrá decir que no es peligroso comercializar como medicamento un producto que no lo es, al menos hasta que surjan efectos perniciosos. De este modo, flaquísimo favor le hace el tribunal a la seguridad de los pacientes y al sistema de evaluación y control de los medicamentos. Poner en duda la confianza de este último sale, al parecer, demasiado barato.