Javier Leo. Madrid
El Pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia) ha dado luz verde este martes a la modificación de la directiva europea del tabaco con 560 votos a favor, 92 en contra y 32 abstenciones. Pero con matices, muchos matices. Tantos que los eurodiputados reconocen que la propuesta se ha ‘descafeinado’ tras la aprobación de numerosas enmiendas, sacadas adelante en gran medida gracias a la presión de la industria tabaquera en las negociaciones.
Tonio Borg, comisario europeo de Salud. |
Tras las votaciones, se ha acordado aumentar el porcentaje de la cajetilla que ocuparán las advertencias sanitarias. Sin embargo, la propuesta inicial de la Comisión Europea de cubrir el 75 por ciento de la superficie, finalmente se quedará en el 65 por ciento (en España están en el 43% para el frente y el 53% para el dorso en la actualidad). Asimismo, no ha progresado la propuesta de prohibir los cigarrillos finos (‘slim’), y los mentolados, en lugar de ser prohibidos en 2018 junto a los demás cigarrillos con sabores añadidos, tienen una prórroga hasta 2022 para seguir siendo comercializados.
Otra de las propuestas que se ha caído en este debate ha sido la de regular los cigarrillos electrónicos como productos medicamentosos. Se endurecerán los controles sobre estos cigarrillos (habrá negociación con los estados miembro para coordinar medidas comunes), pero no se someterán a las estrictas condiciones de seguridad que se les exige a los medicamentos en Europa y podrán venderse fuera de las farmacias.
Sí que han salido adelante las propuestas de prohibir la venta de cajetillas con menos de 20 cigarrillos y la eliminación de determinados textos comerciales orientados a captar a fumadores jóvenes, como "con bajo contenido de alquitrán", "light", "ultra-light", "suaves", "naturales", "orgánicos", "sin aditivos" o "sin aromas". Además de los sabores, se prohíbe a partir de 2018 incluir en los cigarrillos vitaminas, cafeína y taurina. Sin embargo, aditivos como el azúcar seguirán estando permitidos.
El comisario de Salud, Tonio Borg, ha celebrado el "voto positivo" del Parlamento y ha dicho que la nueva legislación podrá a la UE en "la vanguardia" de la lucha contra el tabaquismo. Borg ha reclamado que comiencen cuanto antes las negociaciones entre la Eurocámara y los Gobiernos para aprobar definitivamente el texto antes de las elecciones europeas de mayo de 2014.
¿Pérdida de puestos de trabajo?
Durante el debate de la directiva, el eurodiputado socialista español Andrés Perelló ha sido contundente al subrayar que la campaña de presión de los ‘lobbys’ para reducir el impacto de esta directiva ha sido “la más indecente, poco honesta e insidiosa de la historia del Parlamento Europeo”. En su discurso, Perelló ha asegurado que “nadie puede demostrar que esta directiva vaya a suponer la supresión de puestos de trabajo” y ha denunciado la “manipulación” de argumentos que han llevado a los eurodiputados a “elegir entre la salud y el negocio”. “Cada año 700.000 europeos pierden su puesto de trabajo y su vida pro el tabaco. Debemos elegir entre 140.000 millones de euros o proteger la salud”, ha concluido el representante español.
Desde España precisamente ha surgido un importante movimiento a favor de reducir las pretensiones de la Comisión Europea sobre el mercado del tabaco. Según los estanqueros españoles, las propuestas europeas destruirían 10.000 empleos en España. Pero no solo los vendedores han alzado la voz contra el endurecimiento de las normas sobre el tabaco. Las comunidades de Cantabria, Andalucía, Extremadura, Canarias y La Rioja, con importantes intereses en la producción de tabaco, también han creado un frente común con el objetivo de "equilibrar la salud con el empleo". Parece que, de momento, ambos puntos de vista críticos se han apuntado un tanto con la votación de este martes.
Mientras, en nuestro país, más de 50.000 personas fallecen cada año a causa del tabaquismo (en torno al 30 por ciento por cáncer de pulmón). El tratamiento de enfermedades relacionadas con el consumo del tabaco cuesta cerca de 15.000 millones de euros anuales a la sanidad. Y aunque en España la mayoría de las muertes relacionadas con el tabaco ocurren en hombres, en las mujeres se está produciendo un incremento anual medio del 7 por ciento.