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El número de MIR que eligen Pediatría ha descendido en los últimos años, justo cuando más especialistas se necesitan

¿Por qué los médicos ya no quieren ser pediatras?
Los pediatras son sustituidos por otros profesionales médicos en aquellos hospitales y centros de salud donde las bajas o jubilaciones no han sido cubiertas con nuevas plazas


1 jul. 2017 20:00H
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POR NACHO CORTÉS
Sin saber ni cómo ni porqué, Pediatría ha dejado de ser atractiva para los MIR en los últimos años. La preocupación se extiende entre las sociedades científicas y es que cada vez son menos los médicos que se decantan por escogerla. Quizás, las nuevas generaciones han dejado de decantarse por esta profesión o simplemente se trata de algo puntual que el tiempo restablecerá. Pero mientras, cada vez es más habitual ver a otros especialistas ejerciendo la disciplina.

La reducción no ha sido paulatina sino que en un período de dos años se ha estancado hasta el punto de perder más de 30 MIR tanto en 2016 como en 2017 en el primer día de elección de plaza. Los tiempos han cambiado y parece que la especialidad está sufriendo su período más negro. En 2015, 89 médicos la escogieron en la primera jornada de adjudicaciones, ahora apenas lo hacen 58. Además, hace prácticamente una década que el número 1 del MIR no la selecciona como su primera opción. La última fue Elena Hernández Martínez en la convocatoria 2007-2008. Una tendencia a la baja para una de las áreas médicas en la que se convocan más plazas y que se sitúa anualmente entre el top 3 de las más escogidas. Los datos llevan a poner en cuestión la futura permanencia de Pediatría en el podio de resultados MIR.

Un panorama incierto que también se traslada al mercado laboral, justo en el momento en el que Sistema Nacional de Salud (SNS) necesita más pediatras. Las bajas y jubilaciones que se producen cada año no son suplidas con el número de plazas suficientes como para aliviar las necesidades de los hospitales y centros de salud, llevando a que los pequeños sean atendidos por médicos de otras áreas. Así, mientras en 2017 estaban acreditadas 433 plazas tan solo se convocaron 413 (13 más que en 2016), estancando el crecimiento de plazas de los últimos años.

Déficit de pediatras

La preocupación de los profesionales médicos es cada vez mayor pero no solamente por estos datos sino también por la situación que atraviesa en el sistema sanitario español. Pediatras hospitalarios y de Atención Primaria son víctimas del colapso de un modelo que no da más de sí. “Hay en comunidades autónomas en las que el déficit de

Concepción Sánchez, presidenta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (Aepap)

pediatras llega al 50%”, asegura Concepción Sánchez, presidenta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (Aepap). Esta es la situación frente a la que miles de pediatras españoles quieren luchar.

Según datos de la entidad, el área más afectada es Atención Primaria hasta el punto de que para cubrir el déficit de pediatras que existe en este ámbito sería necesario que más del 70% de los nuevos profesionales optasen por trabajar en los centros de salud. Y para que esto ocurra “es necesario que se conozca en profundidad la especialidad aumentando el período de rotación de 3 a 6 meses”. Una formación más cercana al niño y a las familias y como los propios facultativos de atención infantil indican “mucho más humanista y social” que la que realizan en los hospitales.

Al parecer este problema no es nada nuevo y proviene de un fallo estructural en el sistema sanitario, algo en lo que coinciden tanto la presidenta de la Aepap como el vicepresidente de la Asociación Española de Pediatría (AEP), Juan Ruíz-Canela. Este último ya advirtió del rumbo que tomaban los acontecimientos en 2005 y más de una década después el tiempo le acabó dando la razón.

Desigualdades en el modelo

“Déficit de pediatras ha habido siempre. Al principio la contratación era masiva tanto de médicos de familia como de pediatras y ahora, yo creo que sube y baja en las comunidades por diferentes motivos que dependen de cada región”, señala Concepción Sánchez. El modelo pediátrico español se caracteriza por su falta de homogeneidad lo que lleva a desigualdades muy notorias entre las diferentes autonomías. Ahora mismo, algunas tienen más carencias que otras. Baleares encabeza el ránking con un 50% de plazas cubiertas por médicos no especialistas en pediatría. Le siguen Cataluña y Murcia con el 40% y Madrid y Andalucía con el 30%. Pero luego hay lugares como Aragón con un 12%, Extremadura del 20% y La Rioja del 10%. ¿Y dónde está la raíz del problema? En las características laborales de estas plazas. Hay diferencias respecto a retribuciones y condiciones laborales en todo el Estado.

“No es lo mismo trabajar de pediatra en Andalucía que no hay ni enfermería pediátrica -que te permite ayudar a manejar a muchísimos pacientes a trabajar-que en Navarra o en Cantabria, donde tienen muy buenos indicadores, están muy bien pagados y tienen más apoyo”, sentencia Ruiz-Canela. Así, el porcentaje de reposición es todavía más difícil de llegar a conjugar porque “entre que los hospitales necesitan gente para hacer guardias y que hay salidas fuera del sector público es imposible”.

Medidas

aL CENTRO DE SALUD
Para frenar las desigualdades los profesionales médicos coinciden en que lo ideal sería un aumento de plazas y un mayor tiempo de rotación de los MIR en Pediatría de Atención Primaria. Actualmente, el número de residentes que optan por quedarse en pediatría hospitalaria es mayor que los que deciden hacerlo en primaria en muchas comunidades: en Cantabria, solo el 11%; en Madrid, el 14% y en Extremadura el 16%. En cambio en otras comunidades autónomas como Galicia, Navarra y Canarias que van el 49%.
Para corregir esto, los pediatras apuestan por solicitar el compromiso político adoptando medidas que solucionen el problema, sin olvidarse de su lucha por el reconocimiento y acreditación de las especialidades pediátricas. “Tendrían que incentivar las plazas de difícil cobertura, aumentar la visibilidad de la Pediatría de Atención Primaria en el grado y posgrado, fortalecer las relaciones con la Administración y potenciar el trabajo en equipo en los centros de salud”, propone Concepción Sánchez.

Abordar una reforma estructural del modelo pediátrico fomentando su homogeneidad es crucial para poner fin a este tipo de diferencias que incrementan todavía más los problemas que de por sí ya tiene la especialidad en España.  “La situación se está deteriorando hace tiempo a todos los niveles, pero como en Pediatría somos menos y somos personal único por centro de salud, por eso se nota más el déficit. Ha empeorado pero hace unos años tampoco era mejor”, aclara la presidenta de la Aepap.

Los pediatras hacen un llamamiento para que se mejoren los presupuestos que se adjudican a primaria. “Cada año quitan parte del presupuesto y esto no puede ser. Es la base y la puerta de entrada del Sistema Nacional de Salud”, apunta. Por eso piden la puesta en valor de Pediatría por su importancia médica y social. Pero, ante un panorama confuso y poco esperanzador, cabe esperar si los médicos continuarán escogiendo esta especialidad de manera más tímida como en estos últimos años o lo harán por vocación. Sin importarles los fallos de un modelo que no se ajusta a la realidad y la escasez de recursos.


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