La Revista

Mónica Matute, R4 de Neumología en el Hospital Clinic Barcelona

Vuelo intercontinental hacia la Medicina: “El MIR fue mi mejor examen”
Mónica Matute


28 abr. 2018 20:00H
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POR ESTHER ORTEGA
Cuando Mónica Matute, de treinta y un años, estaba estudiando Medicina en Ecuador, su mente ya pensaba en cruzar el charco y venir a España a completar su formación. Hoy, esta R4 de Neumología acaba de conseguir una beca en el Hospital Clinic Barcelona para continuar un año más investigando la ventilación mecánica no invasiva domiciliaria.
 
Mónica se preparó el examen MIR en once meses en Oviedo, ciudad a la que llegaba de nuevas junto a su novio, también médico. “Comparé varios países y España me gustó porque era un compendio de cultura, formación, buen sueldo y una opción buena para salir de casa”, recuerda la especialista, que había oído hablar de alguna academia ya en Quito.
 
“Sabía que en el examen tenía un 50 por ciento de oportunidades de aprobar y otras tantas de suspender, pero tenía mucha ilusión”, explica Mónica, que vivió un proceso de adaptación: “No fui consciente de lo que estaba haciendo hasta el cuarto mes, cuando me empezaron a hablar de netas y de baremos. Los últimos los recuerdo muy duros, tenía mucha ansiedad porque no tenía una nota fija, subía y bajaba”, relata la joven, a quien no se le olvidará nunca aquél mes de febrero en que se presentó al examen. Finalmente, tuvo su merecido reconocimiento: “El examen MIR fue mi mejor nota”.
 
LA CARTA DEL MINISITERIO
 
Mónica acabó el examen relajada, sin los nervios que sí había sufrido durante la preparación. “Salí del examen antes de tiempo, tranquila. Me di cuenta de que había estado contestando de forma automática”, recuerda la ecuatoriana, que salió con sus compañeros a despejarse.
 
“Nunca miré las netas. Me esperé a las notas del Ministerio”, relata Mónica, que no había querido decidirse por ninguna especialidad  para no “encasillarse” ni “derrumbarse” si no alcanzaba la nota: “Lo único que quería era marcharme a una ciudad grande y con un hospital que me aportase lo mejor de la especialidad”.
 

Mónica Matute, R4 de Neumología

AL CLINIC

Y decidió que el Clinic cumplía con todas sus expectativa y escogió embarcarse en Neumología. “En España los residentes tienen mucho conocimiento teórico y sobre cómo funcionan las máquinas. Yo tengo más la parte del acercamiento a los pacientes”, explica Mónica, que ilustra que cada uno tenía los nervios en la parcela que no controlaba tanto: “Nos ayudábamos mutuamente”, añade la especialista, que se mudó a la Ciudad Condal con el que ya es su marido, que escogió Anestesia.
 
La médica ecuatoriana tenía más tablas en la relación con los pacientes por la forma en la que se desarrolla la carrera en su país natal, donde el quinto curso lo dedican, casi en su totalidad, a la parte práctica. “El último año estás casi de interno en un hospital, al que te mandan según tus notas”, relata la especialista, a quien también iban haciendo pequeñas evaluaciones teóricas pero sin tener que ir a la facultad al uso.
 
“Durante ese curso vas rotando: tres o cuatro meses en la parte Clínica, dos a Quirúrgica, dos a Ginecología, dos a Pediatría y otros tanto por Urgencias”, rememora Mónica, a quien la experiencia le sirvió mucho: “Aprendí un montón. Fue como abrir un libro pero de forma completamente distinta. Lo recuerdo con mucha ilusión aunque los horarios eran complejos y hacíamos hasta nueve guardias al mes. Fue como mi bienvenida a la Medicina real”.
 
MÁS HERRAMIENTAS
 
A Mónica siempre le había atraído la forma de trabajar y aprender de la Medicina española. “Me gustaba el Plan MIR que hay en España y todas las herramientas que tienen los profesionales para tratar con la mejor opción posible al paciente, el no limitarme ante ciertas cosas y poder dar una respuesta óptima al enferme. Era algo que me intrigaba mucho”, relata la médica del Clinic, encantada con la decisión que tomó.
 
“Me gusta mucho Neumología porque es una especialidad muy variada, donde tienes trabajo tanto en Atención Primaria, como en consulta Externa o a nivel de intervencionismo”, comenta Mónica, quien justifica la mala actitud de algunos pacientes: “Siempre se tiene algún disgusto, pero hay que entender están enfermos y que los que estamos formados para situaciones complicadas somos nosotros”.
 
La especialista, a la que le encanta viajar y recientemente ha visitado Japón, le espera un año de renovación. En enero presentó un proyecto en el hospital para poder permanecer un año más investigando: “Seleccionan los mejores y te dan una aportación económica para desarrollar tu estudio y una especie de sueldo. Además, te dan la posibilidad de hacer guardias”, explica la médica, encantada con esta nueva oportunidad.

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