Carlos González Bosch, presidente de Cofares.
Aunque durante su juventud flirteó con la política militando en varios partidos, lo cierto es que lo que finalmente enganchó a Carlos González Bosch fue la farmacia, y su trayectoria demuestra que no se equivocó. Con el paso de los años ha llevado a Cofares a convertirse en la empresa sanitaria que más factura de España, aunque reconoce que su auténtica pasión es el Real Madrid. Aficionado merengue desde su más tierna infancia, se quedó con la miel en los labios de formar parte de la junta directiva del club blanco en 2006, cuando Ramón Calderón le 'robó' las elecciones a su equipo.
Nace usted en Tetuán en 1957, pero tengo que decirle que muy marroquí usted no parece.
Nací en Tetuán porque en aquella época estaba dentro de lo que era el Protectorado. España tenía un control administrativo de la zona, mi padre era militar y fue destinado allí. Creo recordar que vivimos allí escasamente dos años. Luego vinimos a la Península, pasé una temporada en Valencia con mis abuelos y desde los seis años viví en Madrid.
¿En qué barrio de Madrid se crió?
En el barrio del Niño Jesús, y estudié en el Colegio de Santa María del Pilar, en los Marianistas. Allí viví prácticamente hasta que me casé.
¿Es usted marianista puro?
Soy marianista puro. Siempre llevo en la cabeza el frontispicio que tienen los colegios marianistas que dice: ‘la verdad os hará libres’. Me parece que es una frase maravillosa que he pretendido practicar toda la vida. Me gusta la gente que la defiende, pero me he llevado sorpresas muy desagradables porque hay quien no piensa que eso es importante.
¿Cuál es la sorpresa más desagradable que se ha llevado en eso?
No hay una concreta, pero por acumulación son bastantes. En este momento se habla de la post verdad, que es un término tremendo, porque nos duele a los que pensamos que la verdad es unívoca y es única. En ocasiones he tenido la sensación de que hablaba con personas que tenían la verdad como un instrumento. Pero nunca es un instrumento, sino un fin en sí mismo. Es cierto que en algunas cuestiones la verdad no es unívoca, pero aun así creo que en este mundo se ha vulgarizado la palabra verdad.
¿Le picó en su periodo en los marianistas el gusanillo de la farmacia?
No. Mi primera intención fue la de ser piloto de avión, aunque cambié de opinión. Mi abuelo, que fue jefe del cuerpo técnico de aduanas, quería que yo fuera diplomático. Cuando , con 17 años, le dije que me iba a hacer farmacéutico él me contestó:"¿Te vas a hacer farmacéutico, Te vas a hacer boticario?", con cierto tono distante. Yo le dije que la carrera me parecía interesante, y la verdad es que estoy contento de haber sido farmacéutico. Con todo, creo que escogí ser farmacéutico por eliminación, no me gustaba nada especialmente, pero quizá lo que menos me disgustaba era precisamente esta profesión.
¿Cómo fueron sus años en la universidad
Guardo un recuerdo cariñosísimo de ellos. Estábamos en los años de la Transición política, en los últimos del régimen y lógicamente la Universidad era punta de lanza. En la Facultad de Farmacia eso se notaba menos porque estaba mucho menos politizada, pero en general todas estaban un poco en esa efervescencia que supone al final de una época. Yo no era el típico estudioso de todo el año, solo para los exámenes: el día 1 de mayo me encerraba y no se me volvía a ver el pelo hasta que terminaban.
Con el Madrid en los triunfos europeos
González Bosch no ha dudado en seguir al Real Madrid para celebrar con el equipo sus mayores éxitos. Desde 1998, no se ha perdido una sola final de la Copa de Europa del club merengue, y ha sido testigo de los cinco títulos ganados desde entonces.
Ha viajado en innumerables ocasiones cientos de kilómetros por acompañar al club de sus amores, aunque también reconoce que la mayor 'frikada' relacionada con el mundo del fútbol no la ha visto en un partido del Madrid. “Tiene que ver con Canarias, Usted recuerda que la Unión Deportiva de Las Palmas hace tres años no subió porque perdió en el último minuto con el Córdoba, pero perdió porque la gente había invadido el campo antes de terminar el partido. En mivida había visto otra cosa igual. Los jugadores de Las Palmas queriendo echar a los poligoneros, que me dijeron que les llamaban ( ríe), del campo y el Córdoba metiendo un gol. 10 jugadores del Córdoba contra un portero y un defensa, yo me quedé anonadado, no daba crédito a lo que estaba viendo".
¿Cómo conoció el amor?
Pues conocí a mi mujer poco antes de terminar la Facultad. Ingresé en las Juventudes Liberales del Partido Demócrata Liberal de Joaquín Garrigues donde se integró a la ecualización de UCD. La primera mujer que conocía fue ella: también era militante y las ideas nos unieron.
¿Ha sido usted, o es, activista político?
Lo fui hasta que monté mi primera farmacia, a los 28 años. Fui uno de los fundadores de las Juventudes Liberales y su primer secretario general. Luego, a través de la fusión que se hizo entre las juventudes de diversos partidos, fundé las juventudes de UCD. Fui secretario general de su Comisión Gestora, y de aquella época viene mi relación con Arenas, con Zaplana, con Pedro Pérez, con Miguel Ángel Cortés y con esa gente, una generación muy brillante de políticos que luego se ha consolidado en la política nacional. Pero cuando mi padre me ayudó a montar mi primera farmacia, que fue en el año 80 creo recordar, tuve que elegir, o política o profesión.
¿Por qué?
Pues porque la farmacia de entonces era una farmacia diferente. Era probablemente más rentable que la de ahora, los precios y el margen eran más razonables, pero cuando empiezas de cero como lo hice yo y tu padre hace un esfuerzo por ayudarte no tienes capacidad para decir: me voy a dedicar a otras cosas y voy a poner a alguien a cargo de la farmacia. En ese año se iba a celebrar nuestro primer congreso de juventudes y yo iba a ser el candidato del ala liberal. Pero tuve que decidir entre ser candidato y seguir con la farmacia. Y la verdad es que ha sido la mejor opción de mi vida. Estoy enormemente contento porque probablemente mi carrera política hubiese sido más o menos brillante pero ahora estaría como tantos y tantos políticos sin un proyecto profesional al que dedicarme.
Luego, una vez que tenía ya la farmacia consolidada, sí que tuve una dedicación política muy corta en el Partido Reformista, que se creó en torno a la figura de Miguel Roca. La verdad es que no tuvimos éxito y ese fue el último desempeño que tuve. De esto estaríamos hablando entre los años 87 y 90, calculo.
¿Cuánto hace que el presidente de Cofares no dispensa?
¡Ni 12 horas! Esta tarde estaré en mi farmacia [esta entrevista se realizó un viernes por la mañana], y el sábado también. Yo soy una persona que si no tiene viaje o reunión, pasa por la farmacia y, si hay gente y trabajo, dispenso.
Con estos mimbres se ha acabado convirtiendo en uno de los principales empresarios de este país. Me gustaría que me contara cómo empieza esa historia y la historia también de Cofares.
Coincidiendo con cuando fui elegido secretario general en la patronal farmacéutica (FEFE) hubo en Cofares un cambio estatutario tumultuoso en el que una parte del colectivo no estaba de acuerdo. Se celebró una asamblea a la que yo no asistí y en la que se propuso mi nombre para un comité de expertos del que formé parte para hacer unos nuevos estatutos. El tema era convulso porque tardamos en hacer unos estatutos 2 años, más que una constitución, como un convenio colectivo pero bien enrevesado. Entonces allí se manifestaron posturas muy distantes. Me preocupé mucho porque pensé que incluso podíamos dar al traste con un proyecto empresarial tan maravilloso como Cofares. Al final conseguimos imponer, los que estábamos en minoría al principio, nuestros criterios y se celebró una asamblea en el año 97 en la que constaron los estatutos de la cooperativa, en este momento en vigor.
Entonces el antiguo presidente me ofreció ser tesorero. Le dije que no, porque es un puesto de mucha confianza y yo no formaba parte entonces de su equipo. Le dije que vicepresidente sí, que tiene unas tareas que no son tan perentorias y tan del día al día. A finales de 1997, fui elegido vicepresidente de Cofares de esa forma. A partir de ahí estuve siete años de vicepresidente hasta que el presidente, que lo fue durante casi 30 años, dejó el cargo y tomé las riendas de esta empresa en el mes de julio del año 2005. Y en esas sigo.
Carlos González Bosch, junto a Artur Mas cuando era presidente de Cataluña. A continuación, con la reina Sofía.
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¿Cuánto ha crecido Cofares desde entonces?
Mucho. Cofares se ha hecho una empresa referente en España y en Europa en lo que es el sector sanitario. Cuando llegué en 2005, teníamos una cuota del mercado del 17 por ciento y 2016 lo hemos acabado cerca del 27, convirtiéndose en la empresa del sector que más factura en nuestro país.
¿Dónde termina el empresario y empieza el farmacéutico ?
Yo creo que un empresario no termina nunca y que un farmacéutico no termina nunca. Las dos cuestiones se solapan. Soy empresario y me dedico a la empresa, hablo de empresa y con empresarios continuamente... Pero soy farmacéutico, y a veces, la gente se extraña. Creo que hoy en día ya la gestión de las grandes empresas no tiene que ver con la profesión, es como el tema de dónde vives. Hoy en día puedes dirigir una empresa en Japón y estar viviendo Nueva York. Pues es lo mismo, la profesión no importa. Realmente, para dirigir una empresa lo que necesitas son unos ciertos conocimientos, una cierta preparación y mucho peso específico y mucha personalidad, porque en las empresas el 90 por ciento de las decisiones que tienes que tomar son bajo presión, y la presión hay que aguantarla. Hay que acercarse a las cosas con frialdad, y la gestión del conflicto, cuando es humano, siempre requiere de ella.
¿Cuál ha sido su trago más amargo en Cofares?
Pues el trago más amargo es cuando personas que trabajaban en esta empresa se han equivocado en su desempeño y ha habido que prescindir de ellas. Porque tú confías en esas personas y son capaces, leales, tienen una trayectoria profesional intachable... Y por hacer caso a ciertas personas han fracasado en su empeño y ha habido que prescindir de ellas.
Usted es un gran aficionado al fútbol, particularmente del Real Madrid.
Desde el momento en que perdimos la final de la Copa Intercontinental de 1966 contra el Peñarol de Montevideo. Al día siguiente fui con un amigo del colegio , nos saltamos las clases de la tarde y nos fuimos a hacernos socios. Aunque es verdad que desde pequeñito ya me gustaban los partidos del Madrid, y no los del 'Atleti' u otro equipo. Con todo, tengo que decir que no es mi único equipo madrileño, el otro es el Getafe, porque yo he tenido una farmacia allí durante veintitantos años. Un día su presidente, Ángel Torres, llegó a mi botica con dos carnés y me dijo: "te tienes que hacer socio del Getafe", y ahí estoy. Voy poco al campo, pero de vez en cuando lo hago.
Carlos González Bosch junto a Juan Rosell, presidente de la CEO.
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¿Por qué se hizo del Madrid?
Por mi barrio vivía Ferenç Puskas, y entonces, por las tardes, iba siempre a un bar que estaba a la salida de donde estaba el Colegio del Pilar. Cuándo veía a niños con el balón nos daba lecciones magistrales y se podía estar dando 50, 60, 70 toques a la pelota delante de nosotros en plena calle. Pero también tiene mucho que ver con un sentimiento. En el Madrid siempre he encontrado un equipo señor, que de alguna forma ha sabido ganar y perder, a pesar de que también hemos tenido épocas malas y de que se nos tenga como a un equipo de señoritos.
El Espanyol tiene su propia peña farmacéutica, Farmapericos. ¿Y el Real Madrid?
En su momento ya le dije a Rafael Borrás que me apuntara a esa peña, puesto que el Espanyol es un equipo para los madridistas bastante cercano. No, el Madrid no tiene peña farmacéutica, pero le voy a coger la idea e igual la montamos, igual que hemos montado una peña taurina en Cofares.
¿Hay una peña taurina en Cofares?
Sí, la lleva un boticario de Moratalaz, y además tuvimos nuestros más y nuestros menos porque hubo gente en contra. Pero nosotros no hacemos daño a nadie y es una peña que está funcionando muy bien.
¿Se plantearía ser presidente del Real Madrid? Creo que usted ya participó en una candidatura, hace unos años...
Florentino Pérez es un magnífico presidente, y además de un magnífico gestor es un madridista de pro. Yo estuve de candidato en la junta directiva de Juan Palacios, el dueño de Viceroy, en las elecciones que ganó Ramón Calderón en 2006, en las que no se contabilizó el voto por correo. Me hubiese gustado haber ganado, porque creo que esa junta directiva hubiese aportado mucho al Madrid. Además, a quién no le iba a gustar influir en algo tan maravilloso como decidir a quién se ficha, a quién no se ficha y cómo se ficha… Pero el Madrid tiene ya un gran presidente.
Carlos, ¿usted, qué prefiere, que las farmacias vacunen o que el Madrid gane un triplete?
El que las farmacias vacunen es un tema que nos está creando problemas con algunos compañeros como los enfermeros . En términos generales, o prefiero que la farmacia vaya bien a que el Madrid gane el triplete. Prefiero que los compañeros tengan un buen desempeño, que nos dejen de alguna forma vivir sin que tengamos que pagar tasas por ejercer la profesión, que estemos unidos en torno a proyectos... Todas esas cosas prefiero, a que el Madrid gane un triplete.
¿Está usted en el minuto 93 de su presidencia en Cofares?
Por imperativo legal, puedo estar como máximo tres cuatrienios de mandato, y yo los voy a cumplir. Mi minuto 93 particular va a consistir en presentar unos resultados y unas cifras espectaculares. Además, estamos muy esperanzados en que los movimientos que se han producido en el sector ayuden a darle estabilidad, porque hay mucha gente muy nerviosa con el liderazgo de Cofares y con la enorme distancia que estaba adquiriendo respecto a sus competidores.
¿Cree que le queda algún logro por rematar?
Creo que se ha hecho mucho en estos años en esta empresa, que ha cambiado radicalmente y es un ejemplo maravilloso de éxito. Pero tiene mucho camino por recorrer porque hay que asimilar muchas de las cosas que hemos hecho ,hay que solidificarlas y hay que cambiar hábitos y costumbres. Hay que convencer a los propietarios, a los socios, de que son verdaderamente propietarios y que esa propiedad les exige no sólo derechos sino también deberes. O sea, que como ve hay muchas cosas que hacer.
EN CORTO
Un libro de cabecera.
Sumisión, de Michel Houellebecq.
Una canción.
Cualquiera de Whitney Houston, me encanta.
Una ciudad para vivir.
Lisboa.
Una ciudad para viajar.
París.
Un objeto imprescindible.
La agenda.
Un personaje de tu vida.
Joaquín Garrigues.
Un personaje histórico.
Václav Havel, último presidente de Checoslovaquia y primero de la República Checa, porque fue un hombre absolutamente coherente con sus ideas, en la victoria y en la derrota.
Equipo de fútbol.
Real Madrid.
Un lema.
Ya lo dijo Aristóteles: “Somos lo que hacemos”.
¿Qué le hace feliz?
La lealtad, el compromiso, poder ayudar a la gente y verles felices.
Carlos, ¿le pega la etiqueta de filántropo?
No. Me pega la etiqueta de persona que está muy interesada en la sociedad y en mejorarla . En la Fundación Cofares no hemos dedicado durante todos estos años a ayudar a personas que hacían el bien y ayudamos a mucha gente a mejorar su condición. Estoy encantado en que en este momento estén trabajando en esta empresa 15 ó 20 personas que no tendrían ninguna reinserción laboral si no fuera precisamente por el empeño de las fundaciones a las que apoyamos.
Yo no estoy de acuerdo con que las empresas tengan que dar a la sociedad aquello que la sociedad les ha dado, porque eso son los impuestos. Tienen que hacer mucho más. Si puedo favorecer a alguien o a algún colectivo desde la dimensión que tiene Cofares lo voy a hacer siempre y voy a recomendar que se haga.
Usted es presidente de la Comisión de Sanidad de la CEOE. ¿Qué se cuece en la patronal, de qué no nos enteramos?
Pues la sensación de que los empresarios en este país no estamos valorados en su justa medida, que oír a los políticos decir que lo que perjudica a los empresarios no perjudica a la sociedad es una aberración. Que quizá la mejora de la imagen de la empresario tiene que venir, no sólo por el propio desempeño de la CEOE y de las empresas, sino también por los políticos, que son los que más hablan de los temas económicos y de los temas sociales .
Ahora entramos en una fase muy decisiva de la política española porque no hay un gobierno con mayoría absoluta y va a haber que negociar casi todo. Los empresarios vamos a adoptar una postura muy comprometida en defensa de nuestros intereses y los de las empresas que tenemos y la de los trabajadores, pero también una actitud de defensa de los intereses en los que creemos. Igual que hay opiniones de los sindicatos que yo no comparto en absoluto, también hay opiniones de la patronal que es posible que alguien no comparta en absoluto, pero que también son respetables y tienen que atenderse.
Queda poco para que termine su ciclo en Cofares. ¿Qué hay después?
Pues mucha vida personal. Yo al margen de tener una farmacia y mi mujer tener otra, tengo desempeños profesionales propios que para mí son importantes. Hay una actividad en la CEOE que para mí también es muy importante y en la que voy a seguir, y voy a apoyar a las personas que me sustituyan, eso es un compromiso inalienable. Pero yo le garantizo que me voy a marchar con una sensación enorme de gratitud a todos los que han estado y han sido leales conmigo durante este tiempo y me han ayudado a conseguir los objetivos de Cofares. Eso es lo que hay después, que como usted ve, es mucho.
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