Matute, primera mujer que rige la sanidad madrileña con plenas competencias

Con la toma de posesión del cargo celebrada este lunes en la Real Casa de Correos se ha oficializado la designación de Fátima Matute como nueva consejera de Sanidad de Madrid. La radióloga se ha convertido no solo en la tercera mujer encargada de dirigir este departamento en el periodo democrático, sino que además es la primera en hacerlo con competencias plenas sobre el ámbito de la salud. Es decir, después del traspaso a las comunidades autónomas de las competencias sanitarias que hasta ese momento (2002) ostentaba el Ministerio de Sanidad. 

Antes que Matute, otros 12 dirigentes fueron nombrados titulares de la cartera de sanidad. La primera en hacerlo fue, precisamente, una mujer: María Gómez, doctora en Derecho, quien en 1983 fue nombrada consejera de Salud y Bienestar Social en el Gobierno del socialista Joaquín Leguina. El primero del periodo democrático en la Comunidad de Madrid.

Ya en la segunda legislatura fue Pedro Sabando quien se puso a los mandos de la Consejería de Salud, un puesto que ocuparía durante ocho años (entre 1987 y 1991). En esta etapa, Leguina se alejó de los perfiles técnicos y apostó por un sanitario de profesión, concretamente por un especialista en Reumatología que ya había ejercido como subsecretario de este departamento en Madrid.

En 1995, el mapa político de la Comunidad cambió en favor de un Partido Popular que se ha mantenido en Sol desde entonces. La primera consejera de Salud (ya bajo el nombre de Sanidad y Servicios Sociales) fue la abogada Rosa Posada que fue nombrada bajo el Gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón.

Echániz, el primer consejero con plenos poderes sanitarios

A Posada le siguió otro profesional médico, Ignacio Echániz, quien se convertiría en el primer consejero de Sanidad madrileño con plenas competencias reales sobre el área de salud tras el nuevo traspaso de competencias efectuado a comienzos de siglo. Su sustituto fue Alfredo Macho, aunque ostentó el puesto durante un periodo mínimo (de mayo a noviembre de 2003).

Otro punto de inflexión en la sanidad madrileña se produjo en 2003, con la llegada de Esperanza Aguirre al Gobierno. La cartera de Sanidad se la confió a Manuel Lamela, especialista en Derecho. Bajo su mandato se pusieron proyectaron numerosos hospitales en localidades periféricas de la comunidad como el del Tajo (Aranjuez), Sureste (Arganda), Infanta Sofía (Parla) o Rey Juan Carlos (Móstoles), entre otros.

Los siguientes consejeros de Sanidad de Aguirre fueron, primero, Juan José Güemes; y posteriormente un Javier Fernández-Lasquetty (licenciado en Derecho) que se ha mantenido en la primera línea de la política madrileña hasta esta misma legislatura, en la que ejerció como titular de Hacienda. Este último fue el encargado, entre otros planes, de instaurar el Área Única Sanitaria y la ley que permite a los ciudadanos escoger especialista y enfermera en cualquiera de los centros de la autonomía.

Tras dimitir, Lasquetty cedió el cargo de consejero de Sanidad en 2007 a Javier Rodríguez, especialista en Medicina Interna, que ejerció como titular del departamento apenas unos meses debido a la gestión de la crisis del ébola. La sanidad en el último tramo de la legislatura (regida por Ignacio González) la gestionó Javier Maldonado.

Cristina Cifuentes fue designada presidenta de la Comunidad de Madrid en 2015, y su apuesta principal para Sanidad fue el enfermero Jesús Sánchez Martos. Ya en 2017 llegaría a la Consejería de Sanidad el que ha sido responsable de la misma hasta este mismo lunes, Enrique Ruiz Escudero.

Nueva etapa con Fátima Matute al frente

Fátima Matute es la gran baza de Isabel Díaz Ayuso para su segunda legislatura al frente del Gobierno de Madrid. "Va a dirigir la mejor Sanidad de Europa, y para que esto siga siendo así, abordará reformas estructurales”, ha remarcado la popular en el acto de jura del cargo celebrada este lunes.

Entre otras tareas, Matute será la encargada de atender a la necesidad de seguir desarrollando los servicios de Salud Mental, así como de reducir los tiempos de espera, mejorar los cuidados y consolidar el empleo en el Servicio Madrileño de Salud (Sermas). “Haremos todo lo humanamente posible, no dejaremos de trabajar por las condiciones de los sanitarios para que eso redunde en la atención al paciente”, ha manifestado.