El Sermas impartirá lecciones para combatir las agresiones a sanitarios
Las agresiones a profesionales sanitarios se han convertido en una tendencia al alza. Para combatir esta lacra, la Comunidad Madrid formará a sus plantillas de Atención Primaria frente a conductas violentas. Una iniciativa que cuenta con la colaboración del Cuerpo Nacional de Policía en coordinación con la Seguridad Corporativa del Servicio Madrileño de Salud (Sermas).
La primera fase de este aprendizaje se impartirá a lo largo del mes de noviembre en cuatro direcciones asistenciales de Atención Primaria, con la participación de 400 alumnos procedentes de distintos centros de salud. Precisamente, el lunes 11 de noviembre se estrenará en Móstoles y las plantillas de sus ambulatorios, pero también de localidades cercanas como Fuenlabrada o Alcorcón.
La misión de este programa es dotar a los asistentes de técnicas y herramientas de comunicación ante situaciones de conflicto y posibles agresiones en cualquier punto del primer nivel asistencial de la sanidad pública madrileña. Dichas estrategias serán impartidas por agentes del Cuerpo Nacional de Policía expertos en la gestión de este tipo de situaciones. Precisamente, esta unidad cuenta con la figura del Interlocutor Policial Sanitario, creada para asesorar a la Administración sanitaria en la implantación de medidas preventivas.
Los participantes también recibirán lecciones por parte de miembros del área técnica del Servicio de Prevención de Riesgos
Laborales de Atención Primaria. Estos instruirán, entre otros asuntos, sobre el Protocolo de Conflictos con Usuarios, necesario para la gestión de episodios de violencia a nivel laboral.
Aumento de la violencia contra los sanitarios
El índice de agresiones a profesionales del ámbito sanitario no deja de crecer. El Ministerio de Sanidad
anotó 14.749 en 2023, muy por encima de las 13.076 del año anterior. Además, los incidentes que han acabado en violenica física hacia médicos o enfermeras
han subido un 48 por ciento en los últimos seis años
Este incremento se debe a la saturación existente en los servicios de salud de las comunidades autónomas, lo que, en muchas ocasiones, eleva la irascibilidad de los pacientes. Asimismo, también ha avanzado el número de denuncias interpuestas por sanitarios tras ser víctimas de golpes o insultos. Las principales entidades del ámbito sanitario abogan por denunciar cualquier agresión sufrida, independientemente de que sea física o
únicamente verbal.
La violencia
puede derivar en problemas de salud mental, como ansiedad o depresión, en el afectado. Incluso, en escenarios más graves, el sanitario puede optar por abandonar su puesto de trabajo y por ende favorecer a una mayor presión asistencial en el Sistema Nacional de Salud (SNS).
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