Redacción. Madrid
El Colegio de Médicos de Cantabria se ha unido al Proyecto Salvavidas, una iniciativa con la que se quiere luchar contra la muerte súbita que permitirá que tanto los profesionales de la sanidad como los escolares aprendan a realizar la reanimación cardiopulmonar. Además, esta iniciativa permitirá que tanto los centros educativos y deportivos, como los espacios públicos, establecimientos comerciales o instalaciones públicas, puedan dotarse con desfibriladores semiautomáticos.
De izquierda a derecha: Pablo Corral, director general del Igualatorio Cantabria; Rubén Campo, director general del Proyecto Salvavidas; Tomás Cobo, presidente del Colegio de Médicos de Cantabria; Javier Soler-Espiauba, director general de Deportes del Gobierno regional de Cantabria; Montserrat Peña, gerente del Proyecto Salvavidas en Cantabria e Iván Hierro, deportista. |
Además del colegio, el Igualatorio Cantabria se ha unido a la iniciativa, que cuenta con el apoyo del Gobierno regional, que busca concienciar a los no sanitarios de la importancia de tener una vida más saludable, de aprender técnicas de reanimación y primeros auxilios, así como de lograr una mayor implantación de desfibriladores.
En el marco educativo, los alumnos, padres y profesores, podrán recibir un curso de formación en reanimación cardiorespiratoria adquiriendo las Pulseras Salvavidas, que tendrán un precio de tres euros y que reflejan la “cadena de supervivencia”. Los menores recibirán esta formación en las instalaciones de los colegios donde, en 45 minutos, aprenderán a realizar la RCP en maniquís, verán vídeos y recibirán un diploma acreditativo al concluir el curso, según ha explicado el director del Proyecto, Rubén Campo.
El apartado educativo de la iniciativa pretende dar respuesta al hecho de que en España sólo un siete por ciento de la población sabe hacer una RCP, mientras que en países europeos como Finlandia, el 80 por ciento de las personas tiene estos conocimientos, que se imparten desde la infancia.
Instalación de desfibriladores
Por otro lado, el Proyecto Salvavidas pretende ser una vía que facilite la instalación de desfibriladores semiautomáticos para personal no sanitario en lugares públicos, con lo que se conseguirían salvar “un elevado porcentaje” de personas que sufren un paro cardíaco.
Estos aparatos, que tienen un coste de unos 1.500 euros, se pueden adquirir a través del Proyecto Salvavidas con la venta de Pulseras Salvavidas. Así, con la venta de 600 pulseras, el establecimiento, colegio o centro deportivo obtendría no sólo un desfibrilador, sino también una vitrina y señalética para generar un “espacio cardioprotegido”.