19 ago. 2014 20:42H
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Redacción. Tenerife
El Complejo Hospitalario Universitario de Canarias (HUC) ha atendido a más de 330 pacientes cardiovasculares en el programa de Rehabilitación Cardiaca desde su puesta en marcha a finales de 2010, de los cuales un total de 290 han realizado el programa completo, lo que significa una asistencia continuada durante dos meses a sesiones de entrenamiento al esfuerzo, de relajación y educación sanitaria.
La Unidad de Rehabilitación Cardiaca está formada por un equipo multidisciplinar integrado por un médico especialista en Cardiología, médico especialista en Rehabilitación, un psicólogo clínico, una fisioterapeuta, una enfermera y una trabajadora social.
La enfermedad cardiovascular es el principal problema de salud en Europa y el resto del mundo, y la primera causa de mortalidad y gasto sanitario, según el HUC. Las estrategias de prevención tienen un papel fundamental en el paciente que ha tenido un síndrome coronario agudo, pues “consiguen un declive en la mortalidad de estos pacientes y una reducción en la recurrencia de eventos isquémicos”.
Los programas de rehabilitación cardíaca son acciones terapéuticas individualizadas y multifactoriales que incluyen actuaciones de ejercicio físico, actuaciones psicológicas, sociolaborales y de control de los factores de riesgo para mejorar el pronóstico de los afectados en el contexto de la prevención global.
Beneficio en salud y también económico
Dichos programas suponen la reducción del 41 por ciento en la mortalidad y de un 32 por ciento en las rehospitalizaciones.
Por otra parte, el beneficio también es económico, ya que con la rehabilitación se han ahorrado 30.500 euros por paciente en el primer año (sobre todo por reincorporación laboral) y hasta 14.500 euros por año y paciente en los años siguientes.
La Rehabilitación Cardiaca está dirigida a la recuperación funcional, la modificación de hábitos que supongan riesgo coronario y el tratamiento psicoterapéutico en los casos que lo precisen. Se trata de un programa de tratamiento individualizado en función de la estratificación del riesgo coronario que presenta el paciente.
Consta de varias sesiones semanales de ejercicio físico monitorizado, predominantemente aeróbico. Estas sesiones se complementan con charlas semanales orientadas a la educación sanitaria del paciente con la finalidad de que aprendan a detectar hábitos que perjudican las causas de la enfermedad, identificar síntomas de nuevos eventos y hasta cuándo y dónde pueden los pacientes hacer su vida diaria en todos los aspectos (físicos, psíquicos, sexuales).
En el caso de pacientes que presenten estrés, ansiedad, depresión o dificultad para emprender medidas de cambios de hábitos de vida, cuentan con el asesoramiento psicológico que les permita desarrollar estrategias de control de estrés y relajación.
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