Juli Fuster, director general del Servicio de Salud de las Islas Baleares
El pasado viernes 23 de marzo, el Consejo de Gobierno de las Islas Baleares
aprobó el decreto que regula el nivel de catalán para los profesionales de la Sanidad. Un requisito controvertido que ha enfrentado a las fuerzas políticas de las islas y del resto de España. En este sentido, Juli Fuster, director general del Servicio de Salud de las Islas Baleares, explica en esta entrevista para Redacción Médica que
no cree que esto vaya a suceder porque los aspirantes "pueden presentarse a las oposiciones aunque no tenga el nivel de catalán acreditado". Fuster hace además un repaso por las
medidas que ha adoptado el gobierno de Armengol para los puestos de difícil cobertura, como la puesta en marcha de
un plus de fidelización.
¿Cómo valora la puesta en marcha del decreto del catalán? ¿Realmente va a reducir el número de sanitarios en las Islas Baleares?
Juli Fuster, director general del Servicio de Salud de las Islas Baleares.
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El decreto lo que persigue es, dentro de lo que nos dicta la propia ley, que si hay un escenario de dificultad para encontrar profesionales en el ámbito sanitario, pueda haber una serie de excepciones, y eso es precisamente lo que intenta regular el decreto.
En cuanto a la segunda pregunta,
no creo que nadie se vaya por este decreto por muchas razones, pero sobre todo porque todo el mundo se puede presentar a las oposiciones, tenga o no tenga el nivel de catalán, y
el nivel que se va a pedir es bajo, un nivel B1, que en principio para un titulado superior debe ser sencillo. Se definen ya como excepcionadas todas las categorías sanitarias, es decir, que todos se podrán presentar.
Además,
tienen dos años para acreditar el nivel y si no lo acreditan, tampoco pierden su condición de personal estatutario fijo, es decir, que en principio yo no veo mayor problema, no creo que nadie pueda irse por este motivo. Tenemos mucha gente que ha venido a hacer el MIR y se van por otros motivos, pero no por este.
Recientemente, la presidenta Armengol ha valorado positivamente el sistema de libre designación de jefaturas hospitalarias, ¿no creen que se debería apostar por un modelo más meritocrático?
Nosotros entendemos que las jefaturas de servicio forman parte del personal directivo del hospital, entonces lo que sí se le pide al personal director es que al menos esté de acuerdo con los objetivos de la organización, de la institución y de la propia consejería, de ahí que perseveremos en la
libre elección. Dicho esto, lo que hacemos es valorar los currículums profesionales, su proyecto de gestión, que le pedimos cuando se presentan al concurso.
Además, contamos con el asesoramiento de una comisión que está formada por directivos, pero también por miembros del propio servicio, otras
especialidades similares del propio hospital y un miembro de la comisión nacional de la especialidad. Por lo tanto, es una comisión competente. Y hasta la fecha hemos nombrado jefes de servicio a todos los que ha recomendado la comisión asesora.
¿Qué medidas está poniendo en marcha Baleares para evitar la marcha de médicos a otras autonomías, no por la exigencia lingüística, sino por las particularidades de ser un archipiélago?
Estamos tomando medidas, sí. Es cierto que hay personas que vienen a hacer la residencia a las islas que son de otras comunidades; muchos se quedan, pero otros quieren volver a su comunidad de origen. Para
intentar retener a la gente, nosotros aprobamos en noviembre de 2015 una
carrera profesional que el sindicato médico de las Islas Baleares define como la mejor de España.
Reconocemos al
personal eventual e interino, algo que en España sólo se hace en nuestra comunidad autónoma. Tenemos, por ejemplo, en las zonas donde es más difícil encontrar profesionales, como Ibiza o Menorca, un plus de fidelización, estos profesionales cobran más que los que trabajan en Mallorca, y además este plus, que estaba congelado de 2012, lo hemos descongelado y le hemos aplicado el implemento que estaba previsto.
Por ejemplo, en el antiguo hospital de
Can Misses hemos dedicado una planta a hospedería, donde podemos alojar a profesionales que vienen a realizar sustituciones, sobre todo en verano, ya que la vivienda en Ibiza es cara. También proporcionamos este tipo de residencia a los profesionales que deciden quedarse en la isla mientras encuentran residencia. Estas dos acciones se enmarchan en la batería de medidas que hemos puesto en marcha y que creo que están dando sus frutos.
El IbSalut ha impulsado diferentes medidas para atraer y retener a los profesionales sanitarios en las Islas Baleares bajo la dirección de Fuster.
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Se ha aprobado recientemente un plan contra el acoso psicológico, ¿qué otros planes de salud laboral tienen previstos?
Por parte de la Consejería de Trabajo, junto con la Dirección General de Salud Pública, estamos trabajando en la creación del
Instituto Balear de Salud Laboral, Ibasal. Aún no está en funcionamiento, pero lo que persigue son dos cosas: identificar lo que son enfermedades profesionales, que no siempre están bien identificadas y, por otro, dar soporte a todas estas patologías.
¿Ultiman alguna medida o refuerzo contra la lacra de las agresiones a sanitarios?
Diversas. Es un tema que nos preocupa, porque no debería haber agresiones a nadie y, en nuestro caso, pues a profesionales sanitarios menos. Nosotros hicimos un grupo de trabajo con los sindicatos hace unos meses para identificar puntos débiles que pudieran ser objeto de refuerzo. Fruto de este trabajo hemos avanzado en diversas cosas: hemos autorizado la
compra de los chalecos de protección para el personal del 061, que son los más vulnerables, porque se encuentran en la calle, y ya habíamos tenido unas cuantas agresiones.
Por otro lado, trabajamos en Atención Primaria con un programa que se llama SIAP, que tiene instalada una pestaña, de forma que si el profesional se siente amenazado en algún momento, los compañeros del centro ven la alarma y pueden acudir. Aparte de esto, hay un
teléfono del pánico en prácticamente todos los centros de salud, que contactan directamente con la policía, hemos reforzado seguridad en centros de salud y puntos de atención continuada. Y una cosa importante, ahora nos presentamos como acusación, no sé si particular o institucional, en todas las causas, buscamos que la pena sea la máxima posible con el fin de intentar evitar estas agresiones.
¿En qué porcentaje de eventualidad quieren dejar a la sanidad pública balear tras las ofertas de empleo aprobadas en los últimos meses?
Somos una comunidad que lamentablemente
tenemos un porcentaje de eventualidad muy elevado, estamos casi al 50 por ciento de la plantilla eventual. Una primera medida que ya hemos puesto en marcha es que estos contratos eventuales, que podían ser alrededor del 30-35 por ciento y que eran de meses que se iban renovando, se conviertan en interinidades; esto está muy avanzado. Hemos hecho un volumen importante de eventualidades.
Y, por otra parte, está la oposición, con la que esperamos cumplir con lo que se ha pactado con el Ministerio de Sanidad y que, al final, se quede en menos de un 8 por ciento de plantilla interina. Y, lo que es más importante, estamos trabajando para dejar toda la maquinaria engrasada para
poder hacer oposiciones cada dos años, para no tener que hacer estas macrooposiciones e ir renovando poco a poco la plantilla.
¿Qué temas le interesan especialmente a su región que se puedan tratar en el próximo Interterritorial de abril?
"El Interterritorial se debería reunir una vez al mes"
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Son muchos, porque lamentablemente nosotros pensamos que el Consejo Interterritorial se reúne poco. El año pasado, con el ministro Alonso, se reunió una o dos veces, como mucho, en todo un año, y ahora con lo que llevamos (con esta ministra), creo que sólo se ha convocado una vez, y ahora vendrá la segunda. Hay temas de
financiación sanitaria que hay que hablarlos, porque es un problema crónico, no sólo nuestro, sino de muchas comunidades, y hay que discutirlo para hacer propuestas y que Hacienda nos tenga en cuenta. No nos gusta nada que el señor Montoro se jacte de que en sanidad sólo vamos a gastar menos del 6 por ciento del PIB. Nosotros opinamos que deberíamos estar, como mínimo, en torno al 7 por ciento y, si se pudiese, al 7 y medio, que es la media de los países de nuestro entorno. Por tanto, es un tema importantísimo del que querríamos que se hablase.
Después está el de la
necesidad de profesionales. Desde el momento en que faltan profesionales significa que algo ha fallado, no vamos a culpar a nadie pero algo ha fallado. Las previsiones que se hicieron en su momento no son las más correctas. Las CCAA tienen que tener voz en esto, porque al final somos las que lo sufrimos. Problemas de farmacia, muy reivindicados. Nosotros creemos que las CCAA deberían participar en el
sistema de fijación de precios, incluso en la aprobación de medicamentos, porque al final también repercute en nosotros. Ahora nuestra representación en estos asuntos es mínima.
Y, en definitiva, políticas de salud pública. Nosotros estamos convencidos de que si se apuesta por la salud pública, al final consigues una mejoría de la salud de la población e, incluso, un ahorro. Y, lamentablemente, siempre se recorta por ahí, cuando debería ser al revés. Nosotros creemos que no debería haber una sola reunión del Consejo, sino unas cuantas, y recuperar el funcionamiento del Consejo cuando, más o menos, se reunía una vez al mes o mes y medio. Eso es lo correcto.
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