Los médicos zaragozanos abordan las dudas sobre la informatización en AP

El Colegio de Médicos de Zaragoza ha acogido la celebración de una jornada organizada por el grupo de informática en Atención Primaria en Aragón, en el que participa una treintena de médicos de familia, y la institución colegial. El Secretario del Colegio, Alfredo Gaudes, ha dado la bienvenida a los más de sesenta médicos que han participado en el encuentro.
 
Sobre el estado de la cuestión de la informatización en Atención Primaria, motivo que ha originado la celebración de este encuentro, ha presentado un detallado informe Salvador Lou, Médico de Familia en el Centro de Salud de Utebo.
 
Entre las deficiencias del sistema informático, Lou ha señalado la lentitud, la inestabilidad (cuelgues y reinicios) y la baja usabilidad. Además, el Médico de Familia ha destacado que el sistema no incorpora utilidades que faciliten el trabajo clínico y la seguridad del paciente. Lou ha planteado también a los nuevos problemas de seguridad y confidencialidad ante los que se están enfrentando los facultativos.
 
Panel de expertos
 
En representación de la Administración, José María Abad, Jefe de Servicio de evaluación y sistemas de información de la Dirección General de Asistencia Sanitaria, ha coincidido en el análisis de la situación: “sabemos que hay problemas de rendimiento, que los sistemas van lentos y que no responden a las necesidades de los profesionales”.
 
Abad ha reconocido problemas de inversión y que se ha realizado una auditoría que no ha producido los efectos deseados. Pero ha señalado que “trabajamos para solucionarlo”. En este sentido ha comentado la propuesta de cambiar el modelo por una aplicación web. Abad ha subrayado la importancia de la colaboración con los profesionales y ha expresado el deseo de contar con los recursos suficientes.
 
Confidencialidad
 
Por su parte, desde la perspectiva de la bioética, Maite Delgado, médico de familia, ha subrayado la importancia de asegurar la atención sanitaria de las personas. Delgado, que ha reconocido que la historia clínica genera conflictos en el acceso a la información confidencial, en el uso, en el manejo y en el compartir la información, ha recordado que la clave para el facultativo consiste en responder a la pregunta de si es o no confidente necesario para asegurar la atención sanitaria del paciente.