- Pues diciéndoselo, señora. Mi trabajo incluye la educación sanitaria y yo entiendo que no le guste lo que oye pero es la verdad y ahora yo le voy a explicar cuando debería de acudir de urgencias con fiebre.
— Isabel Chanche (@doctrianensis) 15 de mayo de 2019
( Decálogo de la fiebre de @aepediatria y hoja informativa de @TSEUP )
Diez minutos más tarde se abre la puerta y una señora se pone en el dintel
— Isabel Chanche (@doctrianensis) 15 de mayo de 2019
- Perdone, quien es usted?
- La abuela pic.twitter.com/B39ew4lLwE
- Discúlpeme señora, estoy pasando consulta y no tengo tiempo para discutir con usted nimiedades. Pregunte a su hija y mediten en la sala de espera. Que pase el siguiente.
— Isabel Chanche (@doctrianensis) 15 de mayo de 2019
Eso no era una mujer, era un basilisco pic.twitter.com/fAr4wOYYqP
Acabo con una reflexión sobre la infantilización de la sociedad, de cómo una mujer de 30 años no asume un error y llama a su madre para que se enfrente a quien le está corrigiendo.
— Isabel Chanche (@doctrianensis) 15 de mayo de 2019
Después de 40 años de barra libre la educación sanitaria costará sangre.
Y será la nuestra.
Esto es lo que muchos profesionales sanitarios pensamos, pero, por no perder las formas, y por miedo a denuncias, no nos atrevemos a decir...
— Enrique (@Kike94M) 15 de mayo de 2019
A eso me refiero. Yo, primeriza, oía historias de terror sobre fiebres repentinas que llevaban a convulsiones y cosas peores. Así que tenía muuuucho, pero mucho, miedo a la fiebre. Luego, una aprende.
— Maria (@seelser) 16 de mayo de 2019
Eso no excusa la dichosa abuela ni la reclamación, por supuesto.
Hemos sido muchos los que hemos querido educar y nos han puesto palos en las ruedas. Lo que hoy has hecho tú no es la primera vez que sucede.
— Teresa Bernal MD MBA (@DraMyte) 16 de mayo de 2019
Y ahora que llevo 6 años fuera de España veo que se sigue donde lo dejé.