María José Mas, neuropediatra
A lo largo de estos días los nuevos residentes comienzan por fin su desempeño profesional en la plaza por la que tanto se han esforzado. Se trata de una época de emoción, pero también de miedo. Por ello,
la neuropediatra María José Mas ha querido compartir las lecciones que ella aprendió a lo largo de sus años de formación.
Autora de dos libros sobre neurodesarrollo, Mas realizó su residencia en Pediatría y, aunque reconoce que
el comienzo es todo "incertidumbre y duda", para ella fue "un trabajo de aprendiz que me transformó de estudiante de medicina en especialista".
"Hay que poner en práctica la teoría de los libros, pero
las decisiones sobre los pacientes ya no se eligen entre las 4 posibles respuestas de un test", reflexiona, insistiendo en que lo importante es tener en cuenta la primera respuesta: "Cuidar del paciente".
La neuropediatra defiende que, al principio,
la motivación de los residentes es muy grande aunque tengan la sensación de saber poco. Sin embargo, matiza que el riesgo más grave del primer día no es la ignorancia sino "que tus conocimientos acaben enterrando tu entusiasmo" y anima a los futuros especialistas a que no permitan que eso ocurra.
"No dejes nunca de aprender de los pacientes"
El aprendizaje de un médico no termina cuando
acaba la universidad, sino que continúa durante toda su vida. La profesional de Neuropediatría insiste en que
no se debe dejar nunca de aprender de los pacientes: "Aunque no quieras te van a enseñar, así que sé consciente". Asimismo, aconseja utilizar el término paciente y no otros derivados como clientes o usuarios.
"Hazlos tuyos", detalla haciendo referencia a los enfermos, y matiza: "No porque te pertenezcan, sino porque les perteneces". Aconseja también a los nuevos residentes
que hagan suyas las lecciones que aprendan y les ayuden a convertirse en el médico que aspiran a ser.
Para ello, les anima a ser amables y compasivos y a s
er conscientes "de las limitaciones humanas y de las de la propia Medicina" y les invita a respetar su dolor y compartir su incertidumbre. "Sois aliados contra los misterios de la enfermedad", les recuerda.
Además de aprender de los pacientes, la especialista en Neurocirugía aconseja a los nuevos residentes
que aprendan del resto de compañeros: "Escucha sus "batallitas" y pregunta… A tu adjunto, a tu residente mayor, a enfermeras, auxiliares…"
"Tu tarea como médico es comprender la enfermedad y a quien la padece"
Mas argumenta que
la enfermedad es tan "natural como extraña" para el ser humano y que, sea del tipo que sea, interrumpe la vida cotidiana y asusta. Por ese motivo, sostiene que la tarea del médico es "
comprender la enfermedad y a quien la padece".
Este acompañamiento al paciente tanto en su percance como en sus decisiones terapéuticas tiene que
tener como eje central el respeto por su cosmovisión y sus objetivos vitales. Aun así, la neuropediatra remarca que el sanitario no debe desentenderse si no concuerda con las suyas propias, sino que su tarea es ayudarle a alcanzarlos en la medida que pueda.
Para completar su conocimiento, su consejo para los nuevos residentes es
no limitarse a conocer el método clínico de la especialidad elegida, sino que lo óptimo es saber encajar su conocimiento específico en "el todo" de la ciencia médica.
Asimismo, recuerda que
la bata "no te da ningún poder sobre las personas". Al llevarla, se ofrece un servicio al paciente, y, al final, va a dar mucho más de lo que pueda obtener con su salario pero que el sanitario se debe "al saber médico y a su deontología".
"No dejes que el paciente se vaya con dudas"
Antes de despedirse de un paciente, la neuropediatra sostiene que lo más importante es
comprobar que se va con todas las dudas despejadas. "Comunica bien y haz sólo lo que sabes, lo que no tengas claro consúltalo siempre", insiste, para especificar que ni el más experimentado de los adjuntos "es infalible".
Finalmente, recuerda que los médicos no son solo sanitarios: "
No dejes de frecuentar a tus amigos, conversa, lee novelas, disfruta de la música, el deporte, la naturaleza, el arte, la ciencia…".
Concluye pidiendo a
los nuevos residentes que sean su versión "más empática y humana" y que no olviden nunca la ilusión con la que comienzan, sino que la "alimenten" y la hagan crecer: "Has elegido una profesión maravillosa, que no te la amarguen, todavía no".
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