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Una MIR muestra el desencanto con su Servicio y expresa el dilema personal y profesional al que se enfrenta

Celia Mora en el vídeo publicado en su perfil de YouTube.


15 nov. 2023 7:00H
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Examinarse del MIR y elegir plaza en una especialidad concreta es para algunos médicos el último paso a la hora de decidir y encaminar su futuro profesional. No obstante, es muy complicado tener unas expectativas realistas de la residencia antes de embarcarse en ella, y tras la novedad e ilusión del primer año, es frecuente que los R2 se replanteen su futuro y contemplen incluso repetir la prueba de acceso a la FSE.

Es el caso de Celia Mora, R2 de Medicina Familiar y Comunitaria en el Hospital Regional Universitario de Málaga, que ha querido expresar el 'dilema' profesional en el que se encuentra grabando un vídeo para todos sus seguidores. Taza de café en mano para crear una atmósfera más cercana, ha transmitido que actualmente siente dudas con la especialidad de Ginecología y Obstetricia, tras la última rotación externa que ha realizado en dicho Servicio. 

Y es que esta especialidad siempre había entrado en sus planes, ya que durante toda la carrera dudó constantemente con Familia en un 50-50. Pese a que la parte quirúrgica nunca le ha llamado la atención, asegura haberse enamorado de la Obstetricia por influencia de su tía, que trabaja como matrona. También encontraba aspectos llamativos en otras ramas como la Anestesiología o la Dermatología, debido a campos concretos de estudio y sus condiciones personales y laborales.

Finalmente, tras un examen MIR en el que recuerda estar "muy nerviosa" y dejar 20 preguntas en blanco, no alcanzó la nota que imaginó durante los simulacros y no pudo optar a una plaza en Ginecología y Obstetricia, por lo que eligió su otra gran opción: Familia. Asegura que no se veía preparada mentalmente para repetir la prueba, y que además así evitaría lidiar con la parte quirúrgica.

Buena experiencia en rotaciones externas


En un primer momento se mostró contenta con su decisión, pero las rotaciones externas en otras especialidades comenzaron a sembrar dudas. Y es que su paso por el Servicio de Ginecología ha roto todos sus esquemas, ya que asegura sentirse muy acogida. Tanto, que pudo incluso ayudarle a retomar el trabajo después de verano: “Mi motivación en septiembre para volver de vacaciones ha sido lo feliz que he sido rotando en Ginecología”, asegura.

"En Ginecología y Obstetricia he visto mucha más empatía con los pacientes que en otros servicios".



Entre las virtudes de esta área, además del buen trato que ha recibido, la joven también destaca el trato con los pacientes, y sostiene que ha visto "mucha más empatía que en otros servicios". Trabajar en una especialidad que le apasiona le ha hecho recuperar también una ilusión que daba por perdida: “He salido de la rotación de Ginecología casi el 90 por ciento de los días llorando porque era muy feliz allí porque vuelvo a sentirme como cuando hice el MIR”, ha expresado entre lágrimas.

Sentirse desplazada en la residencia


Sin embargo, su plaza de Familia y concretamente las Urgencias le trajeron varias guardias "muy seguidas" en septiembre, hasta el punto de que ni siquiera pudo ver a sus amigos durante dicho mes. Esto le ha hecho replantearse cómo sería su vida a largo plazo en la especialidad que finalmente eligió, y el grueso que supondrían las jornadas de 24 horas tanto en el ámbito profesional como en el personal. "¿De verdad quiero estar siempre teniendo que planificar mi vida por las guardias?”, se preguntaba.

Pero además de ver cambiados sus horarios y ciclos de sueño, Mora encuentra otras carencias en su residencia relacionadas con la formación que está recibiendo. Una vez que ha comprobado el trato que ha recibido en Ginecología, lo compara con el que le brindan en su actual Servicio y encuentra grandes diferencias: "Voy con muchas ganas a los sitios, y a veces me pasa como cuando era estudiante”, cuenta con la voz entrecortada de nuevo. “Hay gente que te castiga hablándote mal, contestándote borde”, relata.



"Hay gente que te castiga hablándote mal y contestándote borde".




Pero pese a todas estas sensaciones, la residente no quiere tomar una decisión precipitada que sea fruto de su estado anímico actual. Es por ello que por el momento no contempla volver a presentarse al MIR sin antes terminar la residencia, para ser objetiva y crítica antes de determinar si seguirá el camino que eligió o dará un volantazo profesional. Con el vídeo no sólo busca consejo en quienes hayan pasado por lo mismo, también quiere ayudar a los que se enfrenten a situaciones parecidas: “Quiero pensar q no soy la única q se siente asi", asegura.

Los pensamientos intrusivos son otro de los ingredientes que alimentan su dilema, ya que al comparar su experiencia con la de amigas que hacen la residencia en hospitales más pequeños, ve diferencias significativas en el aprendizaje de cada una, y asegura tener "envidia sana" de la exigencia y relevancia que tienen los residentes en un Servicio más reducido: “Pienso que no voy a tener el mismo manejo del paciente, que me van a faltar muchas técnicas que adquirir", concluye.
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