La presentadora Oprah Winfrey en un momento de su discurso en los Golden Globes.
Mucho se ha hablado en los últimos días de
Oprah Winfrey, especialmente en forma de alabanzas por su discurso en la gala de entrega de los Golden Globes donde defendía el papel de la mujer en la sociedad presente y futura. Hay quien ha ido más allá y la ha erigido como próxima
candidata demócrata a la Casa Blanca, pero también los hay que se han pronunciado para recordar un lado controvertido de la televisiva presentadora.
Uno de ellos ha sido el autor del
blog Magonia, donde se retrotrae a diez años atrás, cuando la presentadora pilotaba The Oprah Winfrey Show y contó con invitados como
Jenny McCarthy y su exnovio Jim Carrey, que difundieron su histeria antivacunas a los casi 40 millones de personas que veían el programa con el apoyo de la presentadora. McCarthy afirmaba que su hijo
Evan era autista por culpa de la vacuna de la triple vírica, pese a que no se ha demostrado que el niño sufriera ese trastorno.
El apoyo de Winfrey se visualizaba al defender que al niño le iban muy bien contra el autismo "una dieta estricta y suplementos vitamínicos", unas declaraciones que ayudaron a que
descendieran las tasas de vacunación en Estados Unidos, algo que a su vez conlleva que
aumenten los casos de sarampión y otras enfermedades infecciosas evitables.
Defensa de terapias energéticas
Además, el blog recuerda que durante cinco temporadas Winfrey contó con
Mehmet Cengiz Öz -el doctor Oz, un cirujano cardiotorácico- como el médico experto del programa. El galeno defendía la
efectividad de la homeopatía y de las terapias energéticas, además de la oración. Ya en su propio programa, el doctor Oz
promocionó pseudoterapias para curar la homosexualidad y además vendía productos milagrosos para adelgazar.
Por cuestiones como estas
Magonia rescata una advertencia de la revista
Newsweek en 2009 que rezaba que "seguir los consejos de salud de Oprah Winfrey podría hacerte enfermar". Llegó incluso a dar cabida a un
cirujano psíquico que simulaba operar sin bisturí, sin anestesia y sin dolor, sin dejar cicatriz y extrayendo del cuerpo lo que fuera necesario. Ejemplos como los citados llevan a muchos a recordar que desbancar a un
anticientífico como Trump de la Casa Blanca para poner a alguien que defiende pseudociencias como Winfrey puede no ser la mejor solución.
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