Cualquiera que vea la fotografía se piensa que el
niño está atrapado en un tubo. Pero la explicación es más sencilla. Se trata del nuevo prototipo para mantener erguidos a los pequeños durante un escaneo con
rayos X y que lleva por nombre
Piggostat.
Aunque parezca muy aparatoso, sus creadores aseguran que se ajusta a las medidas de cada
paciente sin provocar ningún tipo de daños. A su vez, les ayuda a protegerse de la
radiación mientras se facilita la labor de los
pediatras.
Sobre las instrucciones de funcionamiento del aparato, solo pueden utilizarlo bebés entre
12 y 18 meses de edad utilizando únicamente su
pañal para evitar que se orine o defeque en la máquina. Se advierte, eso sí, que no lo usen niños con sobrepeso porque podrían quedar atrapados.
Lo curioso de todo es que la empresa que está comercializando el invento reconoce en su
página web que ya existía una versión en los
años 60.
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