El
contacto social se ha visto reducido a la mínima expresión durante la
pandemia de coronavirus. Desde que comenzó la crisis, los organismos recomiendan
mantener una separación de un metro como mínimo con el resto de personas, sobre todo en los espacios públicos para
evitar la propagación del virus. ¿Qué pasaría si no existiese dicho distanciamento?
El
Departamento de Salud de Ohio respondía a esta cuestión con
pelotas de ping-pong y trampas para ratones. Estos dos elementos permiten explicar gráficamente y en solo 30 segundos las consecuencias de mantener un contacto regular entre personas durante la crisis del cororonavirus.
El vídeo, que ya es todo un éxito en redes sociales, muestra
la velocidad a la que se propaga el virus cuando se elimina la distancia entre personas. La simulación plantea dos escenarios diferentes con un mismo desencadenante: una pelota de ping-pong que cae desde una determinada altura y que representaría a una
persona contagiada por Covid-19.
En el primer experimento, las ratoneras que hay en la superficie se encuentran totalmente juntas, provocando
una reacción en cadena. En el segundo, la separación entre ellas hace que la pelota rebote sin activar el resto de trampas. Esto demuestra
la eficacia que tiene la distancia social a la hora de reducir la propagación del virus.
Otros organismos utilizaban
cerillas encendidas o fichas de dominó para transmitir este mismo mensaje.
Distancia de al menos 2 metros al toser o estornudar
Una vez comprobada la necesidad del distanciamiento, es necesario averiguar
cuál es la distancia correcta para impedir de forma efectiva un posible contagio. Mientras que los organismos gubernamentales aconsejan entre uno y dos metros, estudios recientes sugieren una separacíón mayor para reducir el riesgo de infección.
Al
toser o estornudar, las gotículas viajan a mayor velocidad y son capaces de recorrer una mayor distancia. Por lo tanto, en estos casos,
la separación debería ser de al menos dos metros. Es una de las conclusiones a las que han llegado los investigadores de la
Universidad Tecnológica de Eindhoven - Países Bajos - al simular el recorrido de estas partículas en el aire. Como muestra la recreación, creada en colaboración con la empresa
Ansys, las gotículas consiguen alcanzar a la persona situada enfrente cuando se encuentra a un metro de distancia.
Algunas de esas partículas, además, "pueden aterrizar en la ropa", aseveraba Bert Blocken, profesor de esta institución.
Según este estudio,
el riesgo aumenta cuando el sujeto se encuentra en movimiento. Por ello se aconseja establecer una separación de
entre 4 y 5 metros al caminar, para que la persona de detrás no llegue a entrar en contacto con las partículas que quedan suspendidas en el aire. Si vamos acompañados, lo mejor es desplazarse en
paralelo. Los expertos también recomiendan permanecer
al menos a 10 metros de distancia de personas que estén realizando una actividad física, como correr o pasear en bicicleta.
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