Los médicos denuncian la inseguridad que sienten con determinados pacientes.
Enero de 2019 ya dejaba en España un total de
13 agresiones contra profesionales sanitarios, una agresión cada dos días. Los datos de
ataques contra los trabajadores sanitarios van en aumento en los últimos años y los afectados señalan que acuden al trabajo con el temor de que pueda tocarles a ellos, en lo que denuncian como una
falta de seguridad total.
Uno de los últimos en criticar la situación ha sido
el urgencista Juan Toral, que ha aprovechado su perfil en Twitter para explicar en un hilo lo que ocurre con cierto tipo de pacientes que llegan a acudir al
centro sanitario con armas. Y lo hace a raíz, precisamente, de haber atendido a un paciente "complicado" la noche anterior, ya que el mismo personaje había acudido días atrás
con un cuchillo a consulta. "Por 'suerte' a mí no me enseñó ningún arma blanca pero la consulta fue de lo más incómoda", introduce.
"Parece que todo vale en personas que se escudan en la droga, el alcohol o una supuesta enfermedad mental a la que aferrarse en caso de agresión para tapar su nula educación"
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Según su experiencia, explica que "hay cierto perfil de usuarios que 'no tienen nada que perder' que
van por Urgencias a buscar atajos para sus trapicheos, ya sea en forma de informe para una paga, que les des o pinches algo a lo que están enganchados o que recetes algo que se vende bien en el mercado negro. Consultas sin ningún fundamento médico en las que te ves
amenazado ya que
no piensan irse de allí sin lo que exigen", un momento en el que "intentar razonar se convierte en recibir amenazas, gritos e insultos. Parece que todo vale en ciertas personas que se escudan en la droga, el alcohol o una supuesta enfermedad mental a la que se aferran
en caso de agresión como escudo para tapar su nula educación", señala.
De su última consulta complicada comenta que
hizo pasar al paciente con el Vigilante de Seguridad del centro "que poco a nada puede hacer, ya que intenta tranquilizar hablando pero no está habilitado para usar la fuerza". Por eso, el médico dice que "al final te armas de paciencia, intentas salvar la papeleta, sacar todo tu poder de negociación y cruzas los dedos porque al final
estás expuesto a tu buena o mala suerte". Se trata de "
consultas que pueden terminar con un puñetazo o un navajazo".
"No deberían tener derecho a la asistencia sanitaria"
Como le pasa a muchos compañeros, añade que "estudia Medicina creyendo que va a salvar muchas vidas" y que con los años de oficio "te das cuenta de que lo importante es ayudar a la gente", pero su reflexión va más allá, puesto que considera que "hay
personas que no deberían tener derecho a asistencia sanitaria (sin motivo médico) por agresivos, conflictivos y reincidentes".
Para poner en situación al lector, expone que acude "a trabajar con bata, no con chaleco antibalas. Llevo fonendo y no una honda.
No pretendo ser un superhéroe pero tampoco un superviviente.
Quiero ir a trabajar y saber que al día siguiente volveré a casa sano y salvo para disfrutar de mi familia".
Su deseo es que "se haga algo con este perfil de usuarios, que ni son pacientes, ni suelen estar enfermos, son
demandantes de caprichos profesionales y nosotros sus meros esclavos,
expuestos a sus ataques de ira", sentencia en un hilo crítico con esa inseguridad a la que se enfrentan a diario.
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