Momento durante la entrevista de Pablo Motos al cirujano Pedro Cavadas.
Una estadística de entre
1.200 y 1.500 operaciones al año. Esas son las cifras que avalan el extraordinario trabajo que realiza el
conocido cirujano Pedro Cavadas y que él mismo corrobora. Y es que este especialista, conocido sobre todo por ser autor del
primer trasplante de cara realizado en nuestro país, visitó el televisivo programa de Antena 3
‘El Hormiguero’ en el que habló de su trabajo, de cómo vivió este trasplante y, además, regaló más de una lección de vida a todos los espectadores.
“Me quitó coronaria y media”, así se lo definía el facultativo al ser preguntado por Pablo Motos sobre cómo llevó todo el proceso. Durante la entrevista Cavadas, que reconoció que no le gusta ser "el primero en algo", desarrolló cómo fue todo el procedimiento contando que cuando la ONT avisó de que había donante él estaba en Kenia; que les cancelaron el vuelo; que terminó la operación a las cinco de la mañana y que incluso tuvo que dormir en la consulta.
Este cirujano detalló en el
talk show que su trabajo es “intentar resolverle el problema al paciente como sea” y que en el caso del trasplante de cara, ese paciente “venía desesperado” y vieron que “la opción (de hacer el trasplante) era la menos mala de las opciones que había”.
Desafortundamente, el
paciente falleció (por causas ajenas a la intervención) y Cavadas relató que fue algo que le dolió mucho porque ya “era muy amigo”. “Cuando murió, te mueres con él y fue un golpe”, descrbió.
Llevar de la mano al paciente
Si algo ha dejado claro este cirujano en el popular programa de las hormigas es que hay que
hacer todo lo que se pueda para que el paciente “pueda vivir lo que le queda con
dignidad”. En este sentido, ha hablado de la
importancia de la información y de contar la verdad al paciente o, en su defecto, a los familiares. “Es muy típico médico que, por no querer hacer daño, se usan perífrasis y circunloquios y es muy probable que el paciente entienda solo la parte que quiere entender y te tienes que asegurar que conoce todo”, manifestaba.
Por ello, ha explicado que es fundamental
dar seguridad al enfermo y dejarle claro que "tiene tu teléfono" para cualquier cosa que necesite. “Que alguien te lleve de la mano, se encargue de que no tengas dolor, de que duermas por la noche, que tenga calidad de vida y que tenga algún tipo de ilusión hasta que muera… Si has hecho esto, has hecho tu trabajo. Hay que embarcarse con el paciente y conseguir que esos últimos días merezcan la pena vivirlos”, añade.
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