El nutricionista Carlos Ríos y la farmacéutica Gemma del Caño.
Cualquier persona que se haya puesto a
dieta o haya buscado por su cuenta formas de
perder peso se habrá topado con productos que prometen resultados rápidos y sin esfuerzos, casi como por arte de magia. Sin embargo, la efectividad de muchos de ellos es dudosa e incluso pueden llegar a ser
peligrosos para la salud. Es lo que plantea el nutricionista e influencer Carlos Ríos, quien compara los
quemagrasas, sustitutivos y otros
productos adelganzantes con la
homeopatía.
"Si vas una farmacia y preguntas por un producto para perder peso y te ofrecen algo en forma de pastillas, quemagrasas, suplementos o batidos
te están estafando porque
no existe ningún producto con evidencia científica para la pérdida de peso", expresa el promotor del
realfooding. Su crítica se centra en los
sustitutivos de comidas que "se venden como saludables aun teniendo, muchas veces, entre sus ingredientes azúcares, aceites refinados, edulcorantes, etc. ya que sabemos que son
ingredientes perjudiciales". Estos son problemáticos al relacionarlos con conceptos positivos como "natural o equilibrado" y como "una sustitución a una
alimentación adecuada", según explica Carlos Ríos a
Redacción Médica. "Inducen a error al consumidor".
Aunque el nutricionista los diferencia de los
suplementos, que "pueden tener su utilidad en ciertos contextos", considera que actualmente, "cualquier persona parece ser la diana perfecta para los vendedores de estos productos y esto es parte del problema". No obstante, avisa que "los
suplementos "quemagrasas" no han demostrado una gran eficacia para
perder grasa, ni están exentos de riesgos".
Productos multi-ingrediente y casos de hepatoxicidad
De hecho, "muchos de estos productos pueden llegar a poseer
mezclas de hierbas y otros ingredientes que pueden ser problemáticos en
grupos de población vulnerables -por ejemplo, personas con patologías o consumidores de fármacos- y puede ser peligroso que un producto de este estilo termine en la despensa de una persona que no deba utilizarlo ya que, puede darse también que el consumidor no alerte a su médico", argumenta el nutricionista. De hecho, hay estudios que
alertan de
"casos de hepatoxicidad asociados al consumo de productos multi-ingrediente vinculados a múltiples marcas".
"La ley debe proteger mucho más al consumidor ante productos adelgazantes y quemagrasas"
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A su vez, el nutricionista explica que estos productos dietéticos tienen
puntos en común con la
homeopatía: exageraciones en cuanto a las propiedades y utilizarlos en vez de la solución real. Al igual que un paciente puede dejar de utilizar un tratamiento médico y tomar uno homeopático, una persona puede creer en un
sustitutivo de comida como bueno, en vez de "trabajar los
buenos hábitos de alimentación, sueño y ejercicio".
Y al igual que
ocurre con la homeopatía, muchos de estos productos se venden en farmacias. "Bajo mi punto de vista, un farmacéutico debe ser honesto y decirle a la gente lo que necesita escuchar respecto a hábitos saludables y no
intentar colocarle un producto que no va a ayudarle y que incluso
puede perjudicarle si deja de atender lo importante", apunta Carlos Ríos. "En caso de no ser capaz, lo que debe hacer es derivarlo a algún compañero dietista-nutricionista.
Todos los profesionales sanitarios tenemos nuestro hueco. Esto es lo que hace que las personas no pierdan la confianza en nosotros".
En este sentido, Carlos Ríos considera que estos productos, como los quemagrasa, "no deberían venderse en ningún establecimiento" y deberían controlarse legalmente. "
La ley debe proteger mucho más al consumidor respecto a esto. Ningún producto sin evidencias de eficacia y con dudosa calidad debe sustituir a la intervención más eficaz que existe para proteger la salud y mantener un peso saludable: los
hábitos saludables".
Adelganzates y quemagrasas, un "porcentaje muy alto de ventas"
De igual forma, Gemma del Caño, farmacéutica, asegura a
Redacción Médica que "es cierto que
muchas farmacias venden productos que estafan al ciudadano" y que por eso mismo "para su protección" se deberían de regular. Sin embargo, afirma que "esa situación aún queda muy lejos", ya que productos adelgazantes y quemagrasas son un
"porcentaje muy alto de las ventas de una farmacia".
A pesar de ello, la farmacéutica recalca que "los farmacéuticos cuentan con formación sobre nutrición" que adquieren en el grado. "Tendrán menos formación que un
dietista, pero por desgracia son profesionales que están fuera de la sanidad pública y en muchas ocasiones es el
farmacéutico el que proporciona consejos sobre estos temas", afirma.
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Muchos productos adelgazantes no tienen evidencia científica. Cualquier dieta que no sea sostenible en el tiempo, no funciona", apunta Gemma del Caño, aunque hace especial hincapié es que "lo puedes encontrar en cualquier sitio", como supermercados o herbolarios, porque "la ética no se estudia en la carrera, pero
como profesional se debe tener unas obligaciones", especialmente el farmacéutico "que es el sanitario que más a pie de calle está y en el que más se fia la gente".
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