Margot Robbie, en 'Barbie', y Cillian Murphy, en 'Oppenheimer'.
Decía el filósofo
Gilles Deleuze que el “hecho fílmico” consiste en “expresar la vida”. Dicho en cristiano, el cine, a fin de cuentas, es un reflejo de la vida misma. Y, por extensión, la salud y la sanidad, si las consideramos partes fundamentales de la vida, hallan también su
eco directo en el universo cinematográfico.
Con el fenómeno fan desatado esta semana por los estrenos de
Barbie, de Greta Gerwig, y
Oppenheimer, de Christopher Nolan, un usuario de Twitter, @luisneurocx, hacía alusión a esa conexión entre el celuloide y la profesión sanitaria con una analogía entre los dos filmes y sendas especialidades:
"Dermatology vs Emergency Medicine", apunta sobre un montaje fotográfico en el que se ve a
Margot Robbie, en el papel de la muñeca de Mattel, y a
Cillian Murphy, interpretando al creador de la bomba atómica, respectivamente.
Pero, ¿y si abrimos el espectro comparativo? ¿Hay una película para cada especialidad médica? A tenor de lo opinado por diferentes facultativos consultados por
Redacción Médica cabe responder con un ‘sí’ rotundo, aunque, eso sí,
para gustos, los colores.
Altas dosis de terror en la consulta
Urgencias es la especialidad -aún en pleno trámite para su aprobación como tal- a la que más títulos cinematográficos asignan los usuarios, aunque con diverso criterio. Mientras que hay quien lo compara con
Al límite, el drama psicológico dirigido por
Martin Scorsese y protagonizado por el camaleónico
Nicolas Cage, la mayoría va más allá y alude a
Pesadilla en Elm Street, con el sangriento
Freddy Krueger a la cabeza, y a
Rambo, porque, en cierto modo, a veces atender las
Urgencias es como ir a la guerra. La sangre también invita a pensar en
Digestivo y en aquellos largos pasillos del hotel aislado del mundo en el que
Jack Torrance perdió la cabeza en
El resplandor. Y ya que mencionamos el terror, un usuario compara
Geriatría con
La visita, de
M. Night Shyamalan, director de la inolvidable
El sexto sentido, en la que dos hermanos pasan unos días en la casa de sus abuelos, que se comportan de manera, digamos,
inquietante.
Explosiones nucleares, zombies y antisistema
Hablando de
Oppenheimer y de radiactividad, un usuario identifica la película de Nolan con
Rayos, aunque también existe quien le ve más paralelismo con
Familia, quizá por aquello de que la
saturación de las agendas diarias de pacientes se asemeja al caos que produce una
explosión nuclear. Y quien dice explosión nuclear dice
virus zombie, como los que comparan Familia con la
Guerra Mundial Z de
Brad Pitt, al que le quedaría bien la bata blanca. Y todo lo que se ponga. Por cierto, que Pitt, o
Tyler Durden, no era mucho de ir al médico en
El club de la lucha, sino más bien de destruir lo que fuera a cualquier precio, incluido el sistema. Puede que por ello los usuarios comparan el filme de culto de
David Fincher con la especialidad de
Trauma.
Sin alejarnos de Nolan, cuya repercusión deja siempre una amplia onda expansiva, están los que comparan dos de sus películas,
El truco final y
Origen, con
Anestesia. Puede que, en el segundo caso, el director de
Batman Begins se inspirara en la anécdota de algún paciente a quien costó despertar de un
profundo y placentero sueño tras una operación. Sueño dan también las películas de sobremesa de los fines de semana, como aburrida es para algún usuario la
Medicina general.
Otros optan por la lógica y comparan la aplaudida
Mi vida sin mí, de
Isabel Coixet, con la
Oncología, y hay quienes le echan más imaginación al asunto y ven en
Pediatría a los
Gremlins. ¿Alguien sabe de algún niño que se haya vuelto loco en la consulta después de haber bebido agua?
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