El médico de Familia rural Ángel Lopez.
Hacer
regalos a los
médicos en agradecimiento a su labor es una costumbre cada vez menos frecuente pero se mantiene vigente, especialmente en el ámbito rural. Botellas de vino, encurtidos o dulces se encuentran entre los productos más comunes con los que agasajar a los facultativos, pero, ¿te imaginas estar pasando consulta y que un paciente te regale un
cerdo vivo? Esta situación le tocó vivirla al médico de Familia rural
Ángel López, quien ha asegurado a
Redacción Médica que está “acostumbrado” a que le obsequien con "toda clase de regalos".
López no puede dejar de destacar el caso del cerdo. Sin embargo, éste no ha sido el único
animal que ha recibido. De hecho, unas navidades acabó con
cinco pavos y
tres gallos que le habían regalado sus pacientes. “Aquí tienen la costumbre de dártelos vivos porque así dicen que se ve mejor cómo son. Por ejemplo, cuando te dan un gallo viene con plumas y todo para que sepas que proviene del campo".
Esta práctica sigue siendo costumbre, como en otros tantos, en
Cañada Rosal, el pueblo de la provincia de
Sevilla donde actualmente reside López. Para encontrar su origen hay que remontarse en el tiempo: "Antiguamente, algunos pacientes no podían pagar su consulta y lo que hacían era llevarle un regalo a su médico, sobre todo productos de sus huertas". “Es algo que se ha mantenido con los años pero que poco a poco se va perdiendo. Las nuevas generaciones ya no hacen ese tipo de regalos, como mucho te mandan una cesta con frutas o te entregan unos filetes”, ha reconocido.
Aparte de los animales, López también ha recibido otro tipo de obsequios, en casiones hechos a mano. Entre ellos, destaca “unas
pitilleras realizadas con
esparto, un
recoge basuras de madera artesanal o algunos
cuadros pintados por ellos mismos”. En este caso, también destaca uno por resultarle especialmente curioso. "Me entregaron un
libro de oraciones para que pudiese rezar antes de irme a dormir”, recuerda.
Pacientes que se enfadan si rechazas sus regalos
Generalmente, cuando el especialista recibe este tipo de obsequios, lo primero que intenta es
rechazarlos alegando que "no le hacen falta" porque a él ya le pagan por hacer su trabajo. Pero, en algunas ocasiones, son los propios pacientes quienes "se enfadan" si se niega a cogerlos, principalmente las
personas mayores. “Yo lo agradezco porque se nota que lo hacen de forma completamente desinteresada”, ha reconocido.
"Un paciente al que había atendido hacía tiempo me regaló dos conejos muertos, con su piel y todo, en señal de agradecimiento"
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En las grandes ciudades, este tipo de regalos son menos habituales. Pero, en ocasiones, también pueden ocurrir. Así lo ha indicado el médico de Familia
Fernando Lozano, quien trabaja en uno de los
centros de salud que se encuentran ubicados en
Madrid.
En este sentido, Lozano ha recordado que un día se encontraba pasando
consulta y uno de los pacientes que había atendido hacía unas semanas le entregó
dos conejos muertos en señal de agradecimiento. "Me los regaló con piel y todo. Yo se lo agradecí, pero se lo tuve que dar a un compañero porque si se los llevo a mi mujer me mata”, ha concluido entre risas.
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