El mensaje quiere demostrar si se hace o no un mal uso del servicio.
¿Hacen los
pacientes un mal uso de los servicios de urgencias? Si la pregunta se dirige a los profesionales sanitarios, la respuesta la tienen clara: sí, pese a que los
pacientes defiendan que cuando se acude es porque se está mal. Precisamente para demostrar por qué en muchas ocasiones
se acude sin que realmente se necesite asistencia urgente ha
circulado un mensaje en redes sociales bajo el encabezado "Vengo de urgencias. Luego no lo es".
"De hecho, lo dice porque se ve en la necesidad de explicarse. Al que tiene un problema urgente se le ve en la cara"
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Se trata de un
fragmento del libro con el mismo nombre ("Vengo de Urgencias") del
médico Fernando Fabiani, segunda parte tras su "Vengo sin cita", ambos
recopilaciones de situaciones vividas en su día a día en servicios de urgencias. Como él mismo explica, aquel que
dice "vengo de urgencias" no tiene una urgencia. "Así, tal cual. De hecho, lo dice porque se ve en la necesidad de explicarse. ¿Te imaginas a alguien con una mano amputada diciéndolo? ¿O a alguien convulsionando? ¿Y a alguien vomitando sangre? ¿O a alguien asfixiándose? Al que
tiene un problema URGENTE se le ve en la cara. La cara no solo es el espejo del alma, es el reflejo del alma", señala.
Como les ocurre a muchos facultativos, la pregunta que gira en torno a esta polémica es '¿
qué es una urgencia?', un concepto que a él le resulta "bastante simple: algo
urgente es algo que 'no puede esperar' (como un niño en la noche de reyes o unos novios en su primer fin de semana en la playa, que ni les gusta la playa ni nada). Pero, claro, solo lo parece. Cuando los médicos pensamos en urgencias, pensamos en situaciones que, o bien
ponen en riesgo la vida de los pacientes (un infarto, un accidente grave...) o bien
generan un malestar difícilmente soportable y cuya atención, por tanto, no puede demorarse (un cólico nefrítico, una convulsión...)", describe.
"He aprovechado ahora, que hay poca gente"
En su opinión, y la de muchos compañeros, "la realidad es mucho más complicada. Hay pacientes que acuden a los servicios de urgencias porque
su horario laboral les impide acudir a consulta de su médico de Familia, porque su
médico no tiene cita en los días siguientes, porque no consultan antes con su médico y cuando ya no pueden más acuden a urgencias, y también los hay que lo usan
porque les viene mejor, porque 'he aprovechado ahora, que hay poca gente'", expone Fabiani.
Gracias a su propia experiencia, el médico ha elaborado un esquema con el que clasificar a quien, "en general, no tiene una urgencia real". Se trata, además de quien dice "vengo de urgencias", de quien
estando en urgencias se va porque hay mucha gente y vuelve cuando está más tranquila la cosa, quien viene
aprovechando el descanso del partido o cuando le han cerrado la piscina. También es aquel que acude acompañando a otra persona y aprovecha que está allí para consultar, el que
se ríe a carcajadas en la sala de espera o el que va con seis amigos y no se sabe quién es el paciente.
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