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11 jul. 2024 13:00H
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MADRID, 11 (EUROPA PRESS)

El consumo habitual de alimentos ricos en grasas omega-3, tanto de origen vegetal como marino, está relacionado con una mejor capacidad del cerebro para metabolizar la glucosa necesaria para su funcionamiento, lo que podría ayudar a mejorar la función cerebral y prevenir la demencia asociada con el Alzheimer, según ha demostrado un equipo conjunto del BarcelonaBeta Brain Research Center (BBRC) y el Instituto de Investigación del Hospital del Mar.

Antes de la aparición de los síntomas clínicos de la enfermedad de Alzheimer, ya hay zonas concretas del cerebro que tienen dificultades para metabolizar la glucosa. "Esto es importante porque se trata del órgano del cuerpo que más la usa", ha destacado uno de los autores del estudio, Aleix Sala-Vila, quien es miembro del Grupo de investigación en Riesgo Cardiovascular y Nutrición del Instituto de Investigación del Hospital del Mar y colaborador científico del BBRC.

El omega-3 tiene un importante papel, ya que contribuye al correcto funcionamiento de los receptores necesarios para la captación de la glucosa en el cerebro. Estas grasas se incorporan a las membranas celulares y facilitan que se pueda seguir utilizando la glucosa. En este sentido, ha detallado el investigador, "incorporar estos omega-3 a la dieta puede ser beneficioso de cara a tener un cerebro resistente a los cambios que están produciéndose antes de la aparición de la enfermedad de Alzheimer".

El estudio, publicado en la revista 'Alzheimer's and Dementia: Diagnosis, Assessment & Disease Monitoring', ha incluido datos de 320 personas voluntarias de la cohorte Alfa+, impulsada por la Fundación "la Caixa". Se trata de una población cognitivamente sana, sin síntomas clínicos de Alzheimer, pero descendiente en su mayoría de personas afectadas por la enfermedad, y por lo tanto con un riesgo genético elevado de desarrollarla.

Los resultados muestran que los omega-3 de origen vegetal, que proceden por ejemplo de las nueces o la soja, se asociaban a un mejor uso de la glucosa cerebral, especialmente en los participantes con mayor riesgo genético, es decir, portadores del gen APOE-e4. Por otro lado, los omega-3 de origen marino, procedentes de pescado azul, resultaban más beneficiosos en aquellas personas que, pese a no presentar síntomas de Alzheimer, ya empezaban a tener la acumulación de proteínas amiloide y tau, características de la enfermedad.

Por lo tanto, "se sugiere mantener niveles adecuados de omega-3 en la sangre para prevenir la enfermedad, especialmente en personas con mayor riesgo de desarrollar demencia. Esto se consigue incorporando en la dieta alimentos como nueces y pescado azul", ha concluido el investigador.

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