MADRID, 31 (EUROPA PRESS)
En un estudio piloto con personas que viven con VIH o con altos niveles de colesterol, investigadores de Johns Hopkins Medicine (Estados Unidos) han descubierto que un ciclo de seis semanas de un medicamento para reducir el colesterol mejoraba la función de las arterias coronarias que suministran oxígeno al corazón.
El medicamento utilizado en el estudio, un inhibidor de la PCSK9, reduce la actividad de la PCSK9, una proteína implicada en el metabolismo del colesterol. Estos niveles son más altos en las personas con VIH y en las que tienen el colesterol alto.
Actualmente, las personas con VIH reciben medicamentos antirretrovirales y rara vez mueren por el virus mismo. Sin embargo, las mismas personas tienen un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular como resultado de la inflamación crónica debida al virus, y tienen una probabilidad significativamente mayor de morir de enfermedad cardiovascular que la población general.
En su trabajo, publicado en la revista 'Journal of the American Heart Association', los investigadores sugieren que puede haber una manera de limitar el riesgo de enfermedad cardiovascular en las personas que viven con el VIH y otros factores de riesgo cardiovascular, como el colesterol alto, mejorando la función de los vasos sanguíneos.
"Hicimos la hipótesis de que la PCSK9 media una respuesta inflamatoria que deteriora la función vascular además de sus efectos en el metabolismo del colesterol, y probamos esta idea con el inhibidor de la proteína para saber si podría ayudar a las personas que tienen una función de los vasos sanguíneos deteriorada. Nos sorprendió que esto funcionara tan bien, pero también nos alentó que podría haber una manera de mejorar la función de los vasos sanguíneos en aquellos con un aumento de la inflamación", explica el autor principal del estudio, Thorsten M. Leucker.
Para el estudio, 19 personas con VIH y 11 personas con altos lípidos en la sangre pero sin VIH recibieron el medicamento evolocumab, un inhibidor de la PCSK9, durante seis semanas. Al comienzo del estudio y después del curso del tratamiento, el equipo utilizó imágenes de resonancia magnética (IRM) cardíaca para medir el área y el flujo sanguíneo de la arteria coronaria derecha en reposo y durante el ejercicio de la mano, lo que normalmente resulta en la relajación de los vasos sanguíneos.
Cuando las personas sanas realizan la prueba, la arteria coronaria responde al ejercicio y su área aumenta, permitiendo que fluya más sangre. En las personas con una función de los vasos sanguíneos deteriorada, como las que tienen VIH o colesterol alto, la arteria no se agranda o puede incluso estrecharse. Por lo tanto, el flujo sanguíneo sigue siendo el mismo o disminuye en aquellos con una función de los vasos sanguíneos deteriorada.
Después del tratamiento de seis semanas con el inhibidor PCSK9, los participantes que vivían con VIH tuvieron un promedio de 7,9 por ciento de aumento en el área de la arteria coronaria y un 10,1 por ciento de aumento en el flujo sanguíneo durante el ejercicio de agarre de la mano cuando se comparó con el valor en reposo. Estos cambios fueron significativamente mayores que los cambios de reposo a ejercicio de agarre de la mano durante la visita inicial previa al tratamiento. Los participantes con altos lípidos en la sangre también tuvieron mejoras en el área de la arteria coronaria y un aumento en el flujo sanguíneo después de seis semanas de tratamiento.