MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
Una investigación básica realizada en el Departamento de Oncología Traslacional de la Fundación Jiménez Díaz y en su Instituto de Investigación Sanitaria (IIS-FJD), con el apoyo de la Universidad Católica San Antonio de Murcia, ha concluido que la vitamina C, hidrosoluble y frecuente en la naturaleza, es capaz de reducir la resistencia del tumor a las terapias convencionales mediante la modulación del metabolismo aberrante.
"Pensamos que la modulación metabólica del tumor puede hacerlo mucho más sensible a la quimioterapia y podría aumentar notablemente la esperanza de vida de los pacientes y mejorar su calidad de vida. La casi total ausencia de efectos secundarios graves de la vitamina C en megadosis invita a la realización de ensayos clínicos con pacientes en combinación con diversas moléculas farmacéuticas de interés", señala el doctor Óscar Aguilera, científico investigador senior del Departamento de Oncología Traslacional de OncoHealth, instituto oncológico del hospital madrileño, dirigido por el doctor Jesús García-Foncillas.
Son diferentes las mutaciones que confieren a los tumores una gran resistencia a las terapias convencionales. Entre ellas, se encuentran la mutación del gen KRAS, que se presenta en el 30-50 por ciento de los casos de cáncer colorrectal, y las mutaciones del gen BRAF, que se dan en el 5-15 por ciento de los carcinomas de colon y recto.
La gran mayoría de estos tumores comparten, además, el rasgo de un metabolismo hipóxico o "metabolismo de warburg", que está asociado a una utilización de la glucosa como fuente de energía en detrimento de la mitocondria, que es el orgánulo celular donde se produce la mayor parte de energía en tejidos sanos.
Por ello, los pacientes oncológicos con estas mutaciones optan a limitadas opciones terapéuticas. "A menudo se emplean diferentes esquemas de quimioterapia pero, por desgracia, en los casos en los que existe esta mutación no hay expectativas demasiado alentadoras en cuanto a la supervivencia o calidad de vida del paciente", comenta el investigador, cuyo trabajo se ha publicado en la revista científica 'Theranostics'..
El doctor puntualiza que, "desafortunadamente", todas las nuevas terapias dirigidas a KRAS "han fracasado en ensayos clínicos, por lo que se ha denominado a KRAS como una proteína imposible de atacar farmacológicamente". "Estos pacientes tienen un mal pronóstico con una supervivencia global estimada de 17,2 meses", argumenta.
Hoy en día, la resistencia a la quimioterapia convencional y terapias biológicas anti-EGFR es el mayor obstáculo al que se enfrenta la Oncología al abordar tratamientos que supongan una verdadera progresión en las estadísticas de curación y en la reducción de la mortalidad por cáncer.
Sin embargo, la vitamina C es capaz de inhibir dichas vías hipóxicas y revertir el metabolismo tumoral dirigiéndolo hacia un metabolismo cuasi normal. Por tanto, en la propia naturaleza se pueden encontrar moléculas cuyas propiedades pueden ayudar enormemente en la lucha contra el cáncer. "Creemos que nuestro estudio puede animar a las grandes empresas farmacéuticas y laboratorios de investigación oncológica a volver sus ojos al estudio biomédico de estas moléculas favoreciendo, de este modo, un abordaje integral en la lucha contra el cáncer", agrega Aguilera.
La mutación en el gen KRAS está presente en cerca de la mitad de los tumores colorrectales. En cuanto a los tumores pancreáticos, que hoy cuentan con muy pocas alternativas terapéuticas y un mal pronóstico para el paciente, dicha mutación se encuentra presente en el 90 por ciento de los casos.
"Nos gustaría examinar en profundidad las alteraciones metabólicas presentes en este tipo de tumores y estudiar si dosis farmacológicas de vitamina C podrían también ejercer una función regulatoria sobre las mismas, sensibilizando los tumores a la terapia y mejorando de este modo el tiempo de supervivencia o, por qué no, aumentando la tasa de curación", concluye el investigador.