MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
Un nuevo estudio publicado en la revista 'Psychological Science in the Public Interest' sugiere que la educación ofrece poca o ninguna protección contra el inicio de los declives cognitivos más adelante en la vida. Sin embargo, puede potenciar las habilidades cognitivas que las personas desarrollan en una etapa más temprana de la vida, retrasando el momento en que la demencia relacionada con la edad comienza a afectar la capacidad de una persona para cuidarse a sí misma.
En cambio, las personas que han ido más lejos en la escuela alcanzan, en promedio, un nivel más alto de función cognitiva en la edad adulta temprana y media, por lo que los efectos iniciales del envejecimiento cognitivo son inicialmente menos obvios y las deficiencias más graves se manifiestan más tarde de lo que lo harían de otra manera.
"La cantidad total de educación formal que las personas reciben está relacionada con sus niveles promedio de funcionamiento cognitivo a lo largo de la edad adulta. Sin embargo, no se relaciona de manera apreciable con sus tasas de declives cognitivos relacionados con el envejecimiento", explica el coautor del trabajo, Elliot M. Tucker-Drob, investigador de la Universidad de Texas en Austin (Estados Unidos).
Esta conclusión refuta la hipótesis de que la educación formal en la niñez hasta la edad adulta temprana protege significativamente contra el envejecimiento cognitivo. En cambio, los autores concluyen que los individuos que han ido más lejos en la escuela tienden a declinar desde un nivel máximo más alto de función cognitiva. Por lo tanto, pueden experimentar un período más largo de deterioro cognitivo antes de caer por debajo de lo que los autores llaman "umbral funcional", el punto en el que el declive cognitivo se hace tan evidente que interfiere con las actividades diarias.
"Los individuos varían en sus tasas de declinaciones cognitivas relacionadas con el envejecimiento, pero estas diferencias individuales no están relacionadas de manera apreciable con los logros educativos", detalla el autor principal, Martin Lövdén, de la Universidad de Gotemburgo (Suecia).
Para su estudio, los investigadores examinaron datos de docenas de meta-análisis y estudios de cohorte anteriores realizados en los dos últimos decenios. El nuevo informe evalúa las conclusiones de estos estudios pasados para comprender mejor cómo los logros educativos afectan tanto a los niveles como a los cambios de la función cognitiva en el envejecimiento y la demencia.
Aunque después de su análisis persisten algunas incertidumbres, los autores señalan que está surgiendo con bastante claridad un panorama más amplio de cómo la educación se relaciona con el envejecimiento cognitivo. A lo largo de la edad adulta, la función cognitiva de los individuos con más años de escolaridad es, en promedio, más alta que la función cognitiva de los que tienen menos años de escolaridad.