MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
De los 21 nuevos antibióticos que entraron al mercado entre 1999 y 2014, menos de cinco fueron registrados en la mayoría de los países del África subsahariana, según investigadores del Center for Disease Dynamics, Economics & Policy (Estados Unidos), que llevaron a cabo entrevistas en Uganda, India y Alemania, así como revisiones de la literatura para identificar las principales barreras de acceso a los antibióticos en países de ingresos bajos, medios y altos.
La resistencia a los antibióticos es una nueva amenaza para la salud pública mundial, estimulada por el uso excesivo y el uso indebido de antibióticos. Aunque el"uso excesivo de antibióticos es ampliamente aceptado como un gran desafío para la salud, es menos conocido que muchas personas en países de ingresos bajos y medios continúan muriendo porque carecen de acceso a los antibióticos.
La mayoría de los 5,7 millones de muertes anuales tratables con antibióticos en el mundo ocurren en países de bajos y medianos ingresos, donde la carga de mortalidad por infecciones bacterianas tratables supera con creces las 700.000 muertes anuales estimadas por infecciones resistentes a los antibióticos.
En el informe, se formulan varias recomendaciones en las que se proponen medidas para la investigación y el desarrollo en materia de antibióticos y diagnósticos, se refuerzan las capacidades reguladoras, se fomenta el desarrollo y la diversificación de la fabricación local de calidad, se estudia la posibilidad de obtener financiación innovadora para reducir los pagos directos, se fomenta la sensibilización y se mejoran las directrices de tratamiento clínico.
"La falta de acceso a los antibióticos mata a más personas en la actualidad que la resistencia a los antibióticos, pero no hemos podido comprender por qué se crean estas barreras. Los resultados del informe muestran que incluso después del descubrimiento de un nuevo antibiótico, los obstáculos reglamentarios y las instalaciones de salud deficientes retrasan o impiden la entrada generalizada en el mercado y la disponibilidad de medicamentos", explica Ramananan Laxminarayan, director de CDDEP y coautor del informe.
El documento advierte de que en muchos países de ingresos bajos y medianos los servicios de salud son "deficientes y carecen de personal debidamente capacitado para administrar antibióticos". En Uganda, entre el 10 y el 54 por ciento de los puestos de personal de salud están vacantes debido a los bajos salarios, el estrés, la falta de recursos y la mala gestión.
"El personal de los pabellones es inadecuado para administrar medicamentos, los pacientes omiten las dosis de antibióticos y las enfermeras públicas a veces solicitan una compensación por la administración de medicamentos", aseguran.
En la India, hay un médico público por cada 10.189 personas, mientras que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una proporción de 1 cada 1.000. Así, calculan que existe un déficit de 600.000 médicos, y la proporción de enfermeras por paciente de 1 cada 483, lo que implica una escasez de 2 millones de enfermeras.
En Uganda, los investigadores descubrieron que muchos productos se almacenaban y transportaban a largas distancias sin control de temperatura en la cadena de frío, y solo el 47 por ciento de los medicamentos de la Lista de Medicamentos Esenciales de la OMS se adquirían a través de la autoridad centralizada, lo que provocaba una "escasez crónica". Además, lamentan que los sistemas de entrega de la cadena de suministro público-privada "no se aprovechan para mejorar la disponibilidad de medicamentos fuera de los programas específicos".
El informe critica que, "incluso cuando los antibióticos están disponibles, los pacientes a menudo no pueden pagarlos". "Los altos costos médicos de bolsillo para el paciente se ven agravados por el limitado gasto gubernamental en servicios de salud", añaden. Por ejemplo, en Uganda, donde apenas el 8,9 por ciento del presupuesto nacional se destina a los servicios sanitarios, el 41 por ciento del gasto en salud es de bolsillo, y el 23 por ciento de los hogares gastan más del 10 por ciento de sus ingresos en atención médica.
Además, el limitado gasto público provoca escasez de medicamentos en los centros de salud pública, lo que "obliga a los pacientes a acudir a farmacias o droguerías privadas para comprar medicamentos que deberían ser suministrados gratuitamente". En la India, el 65 por ciento del gasto en salud es de bolsillo, frente al 13 por ciento en Alemania, y estos gastos empujan a unos 57 millones de personas a la pobreza cada año solo en la India.