MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social ha publicado un informe en el que alerta de que los productos de tabaco por calentamiento (PTC), como por ejemplo 'Iqos', 'Glo' o 'Ploom', son "peligrosos para la salud" y recuerda que no hay evidencia científica suficiente como para asegurar que son menos nocivos que los cigarrillos convencionales, ni para los que los consumen, ni para los que están expuestos a sus emisiones.
El departamento que dirige María Luisa Carcedo ha realizado este trabajo, titulado 'Productos de tabaco por calentamiento: consideraciones de tipo sanitario y legal', después de que hayan surgido en el mercado nuevos tipos de estos productos que se calientan a elevada temperatura y presentan algunas características diferentes al tabaco convencional.
De hecho, entre enero de 2017 y julio de 2018, las ventas de estos productos se han multiplicado por nueve, a pesar de que se ha producido un ligero descenso mantenido de las ventas de productos de tabaco convencionales en los últimos años. Este incremento de ventas se ha producido también de forma "importante" a nivel 'on line' desde finales de 2016.
Los PTC, tal y como lo señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), son productos de tabaco procesado que son calentados en lugar de sufrir una combustión. Este calentamiento produce aerosoles que contienen tanto nicotina como otras sustancias químicas procedentes de aditivos y aromas añadidos, los cuales son inhalados por los usuarios a través de la boquilla.
La Unión Europea los considera 'productos del tabaco novedosos' y en España están regidos por la Ley 28/2005 de medidas sanitarias frente al tabaquismo, y reguladora de la venta, suministro, consumo y publicidad de los productos del tabaco, con los mismos requerimientos que el resto de productos tabáquicos en cuanto a restricciones en su venta, promoción, publicidad y patrocinio, y en relación a los espacios en los que está prohibido su consumo.
Son múltiples los organismos que se han pronunciado sobre estos productos y sobre las afirmaciones realizadas por las compañías que lo desarrollan y comercializan. Por ejemplo, en enero de 2018, la Agencia Americana del Medicamento (FDA, por sus siglas en inglés) rechazó la pretensión principal de incluir 'Iqos' como un producto más seguro que el cigarrillo tradicional, así como la afirmación de que cambiar el tabaco por este producto pudiera reducir los riesgos de enfermedades relacionadas con el tabaquismo.
COMPOSICIÓN "SIMILAR" A LA DEL TABACO CONVENCIONAL
No obstante, la FDA sí aprobó la idea de que contiene menos sustancias químicas nocivas que el tabaco tradicional. En este punto, el informe del Ministerio de Sanidad insiste en que hay "escasa literatura" sobre los efectos en la salud de los PTC, y "aún menos" sobre sus efectos a largo plazo, informando de que su composición es "similar" a la de un cigarrillo.
"Están compuestos por hojas de tabaco, las cuales tienen nicotina, un alcaloide que utiliza la planta como insecticida natural frente a depredadores", señala el informe, en el que se añade que los PTC contienen también otras sustancias que pueden tener implicaciones para la salud al ser sometidas a altas temperaturas como, por ejemplo, pirolisis. Precisamente, la FDA ha señalado que, al contrario que los cigarrillos electrónicos, estos productos contienen glicerina y propilenglicol, los cuales forman un aerosol con características similares al de los cigarrillos electrónicos.
Además, diferentes estudios mencionados en el informe señalan que los niveles de alquitrán que contienen los PTC son "similares" a los del tabaco tradicional, hay emisiones como el acenafteno que son casi "el triple" que en un cigarrillo convencional, y que también emiten nitrosaminas, benzopirenos, otros hidrocarburos cíclicos, monóxido de carbono y óxidos de nitrógeno, que son "peligrosos" tanto para el consumidor como para las personas que están expuestas a ellos.
"Tomando todos los estudios, queda patente que aún no existe suficiente información sobre las emisiones de estos productos y, en cualquier caso, no se pueden descartar sus efectos en aquellos que lo consumen", apostilla el trabajo realizado por Sanidad, que advierte también de la "escasa evidencia" que hay sobre los efectos que tiene la exposición al humo ambiental, por lo que señala que su uso no debe permitirse en lugares cerrados, al igual que el resto de productos de tabaco.
Finalmente, y tras enfrentar las investigaciones de las compañías responsables de estos productos con estudios independientes, el Ministerio de Sanidad destaca la necesidad de realizar más estudios, insistiendo en que la evidencia para promocionar los PTC como estrategia de reducción de daños es "débil e inconsistente" y "parece responder únicamente a objetivos comerciales".
"Uno de los principales reclamos con el que estos productos se han intentado introducir en el mercado es el de la reducción de daños frente a los productos de tabaco tradicionales. Esta potencial reducción es aún cuestionable con la evidencia preliminar actualmente disponible. En cualquier caso, como producto de tabaco, no está exento de riesgo y no existe ningún nivel de seguridad asociado a su uso", zanja Sanidad.