MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
Una nueva investigación de la Universidad de California en Berkeley (Estados Unidos) ha evidenciado que dar prioridad a la vacuna a las personas con mayor riesgo de morir a causa de la COVID-19, las personas mayores, salvará el máximo número de vidas.
Las conclusiones, publicadas en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences', abordan el dilema ético de quién debe ser el primero en la fila para recibir un suministro limitado de vacunas.
"Dado que la edad avanzada va acompañada de una disminución de la esperanza de vida, se asume ampliamente que eso significa que estamos salvando menos años de vida. Demostramos que esto es erróneo. Los patrones de edad de la mortalidad por COVID-19 son tales que vacunar primero a los más mayores salva más vidas y, sorprendentemente, también maximiza los años de esperanza de vida restante", explica el autor principal del estudio, Joshua Goldstein.
Teniendo en cuenta la edad y los riesgos para la salud, estos científicos llevaron a cabo un análisis de la esperanza de vida en Estados Unidos, Alemania y Corea del Sur ante la pandemia de coronavirus.
Basaron sus cálculos en el número de vidas potencialmente salvadas por la vacunación, multiplicado por la esperanza de vida de los vacunados. Por ejemplo, si 1 millón de vacunas salvaban 1.000 vidas, y se preveía que esas personas vacunadas, de media, vivirían otros 20 años, el número total de años de vida salvados sería de 20.000. Según los investigadores, los argumentos matemáticos en los que basan su conclusión no se aplican solo a unos pocos países, sino en general a todo el mundo.
"La asignación de las escasas dosis de la vacuna COVID-19 implica muchos compromisos. Sin embargo, el conflicto entre minimizar el número de muertes y maximizar la vida restante no es uno de ellos", argumenta Goldstein.
Los investigadores descubrieron que la tasa de mortalidad por COVID-19 según la edad aumentaba aproximadamente un 11 por ciento por año de edad en Estados Unidos, Alemania y Corea. Además, descubrieron que vacunar a personas de 90 años salvaría tres veces más vidas que administrar las mismas dosis a personas de 80 años.
"Antes de este estudio, se sospechaba que habría alguna edad intermedia ni demasiado vieja ni demasiado joven que maximizaría el beneficio de una vacuna, en términos de años de vida por persona salvados. Pero, sorprendentemente, demostramos que éste no es el caso", concluye Goldstein.