MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
ONUSIDA ha hecho un llamamiento para que se amplíen urgentemente los servicios de prevención de nuevas infecciones por el VIH y la hepatitis vírica entre los consumidores de drogas.
Dirigiéndose a los delegados en su mensaje de vídeo en la 67ª reunión de la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas que se celebra en Viena, , la Directora Ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, ha elogiado a algunos países por los progresos realizados en la aplicación de programas basados en pruebas, pero ha hecho un llamamiento para que se tomen medidas más audaces.
"Aquí reunidos hay líderes cuyas decisiones pueden salvar y transformar vidas, hacer frente a la exclusión social y proteger la salud pública para todos. Como líderes, pueden cumplir el compromiso compartido de poner fin al sida como amenaza para la salud pública para 2030, si todas las personas pueden acceder a los servicios de prevención, pruebas, tratamiento y atención del VIH que necesitan. Para acabar con el sida tenemos que asegurarnos de que nadie quede excluido", ha afirmado Byanyima.
Desde la Declaración Ministerial de 2019 de la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas (CND) se han producido algunos avances en el reequilibrio de la política de drogas hacia la salud pública. Varios países han avanzado hacia un enfoque del consumo de drogas más basado en la salud pública, y algunos, como Ghana, han despenalizado todo el consumo personal de drogas. ONUSIDA está ayudando a Brasil a implicar a las mujeres transexuales en programas de reducción de daños.
Los avances siguen siendo parciales por lo que servicios como los programas de intercambio de agujas y jeringas, y la terapia de mantenimiento con agonistas opioides son cruciales para reducir el VIH y otros riesgos para la salud entre las personas que se inyectan drogas, solo existen en alrededor del 50 por ciento de los países.
Con demasiada frecuencia, las leyes y las políticas siguen exacerbando la exclusión, y las personas que consumen drogas tienen hoy siete veces más probabilidades de vivir con el VIH que otros adultos. La posesión de drogas para consumo personal sigue estando penalizada en 145 países, y 34 de ellos mantienen la pena de muerte. El estigma y el miedo que esto exacerba alejan a las personas de los servicios sanitarios vitales.
"Sabemos que la prohibición de las drogas ha fracasado. Las leyes punitivas sobre drogas y las prácticas de aplicación de la ley crean importantes obstáculos para que las personas que se inyectan drogas accedan a una serie de servicios, lo que aumenta su riesgo de contraer el VIH y reduce su acceso a los servicios. Para proteger la salud pública, tenemos que despenalizar la posesión de drogas para uso personal, tenemos que ampliar significativamente la prestación de servicios de reducción de daños y tenemos que asegurarnos de que las comunidades de personas que consumen drogas cuentan con los recursos adecuados y lideran la respuesta", ha declarado la directora ejecutiva Adjunta de ONUSIDA, Christine Stegling.