MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
Médicos Sin Fronteras ha avisado de la "crítica" situación que hay en la República Centroafricana respecto al VIH, recordando que de los 38 millones de personas que hay en el mundo infectadas, más de dos tercios de ellas residen en África subsahariana.
"Aunque la República Centroafricana (RCA) es considerado un país de baja prevalencia en comparación con muchos países del sur del continente, vive una situación crítica alimentada por la pobreza extrema, la violencia generalizada, una grave escasez de instalaciones y personal sanitario, problemas persistentes de la cadena de suministro de antirretrovirales (ARV) y barreras para la detección temprana y la atención a pacientes", ha avisado la organización.
Todo ello se traduce en que el VIH sigue siendo una de las principales causas de muerte en el país. De hecho, se estima que el año pasado, unas 4.800 personas fallecieron a causa del sida en República Centroafricana, mientras que cada año se confirman unos 5.500 nuevos casos.
"Si bien República Centroafricana tiene la prevalencia de VIH más alta en la región de África occidental y central, menos de la mitad de las 110.000 personas que se estima que viven con el VIH están en tratamiento con ARV. La situación es aún más alarmante para los niños: menos de la cuarta parte de los menores de 15 años que conocen su estado serológico respecto al VIH están bajo tratamiento", ha explicado el asesor médico de VIH de MSF en el país, Laurent Lwindi Mukota.
Clasificado como el país con la esperanza de vida más baja del mundo y asolado por años de conflicto e inseguridad, RCA depende por completo de una insuficiente financiación externa para su respuesta al VIH. Son muy pocos los centros sanitarios, entre un número escaso de estructuras de salud, los que ofrecen atención y pruebas de VIH.
Además, muchas personas que viven con el VIH tienen que hacer viajes largos y, a menudo, peligrosos para encontrar una clínica donde estén disponibles servicios para el VIH/sida. Aquellos que logran llegar a un centro de salud a veces encuentran estantes vacíos en lugar de los medicamentos que tanto necesitan, lo que les impide continuar con su tratamiento con ARV.
"En un país donde la mayoría de la población vive con menos de dos dólares al día (1,67 euros), las barreras económicas para acceder a la atención están agravando esta situación. La mayoría deben pagar para hacerse una prueba del VIH y, posteriormente, tienen que costear de su bolsillo las pruebas adicionales antes de poder comenzar el tratamiento. Como resultado, el 30 por ciento de todos los pacientes citados a una evaluación previa al tratamiento no regresan para comenzar su régimen de medicación", ha dicho la directora del programa contra las enfermedades transmisibles del Ministerio de Salud y Población, Marie Charlotte Bantah Sana.
Este cóctel mortal de trabas, sumado al fin de las pruebas gratuitas debido a la falta de fondos, a la escasez de información y al estigma sobre la enfermedad, ayudan a explicar por qué casi dos de cada tres pacientes con VIH en RCA son diagnosticados con VIH avanzado en el momento en que comienzan el tratamiento con antirretrovirales.
MSF trabaja en estrecha colaboración con el Ministerio de Salud y Población y se relaciona con otros actores clave para apoyar el acceso al diagnóstico, al tratamiento y a la atención médica. En Bangui, la capital de República Centroafricana, la prevalencia del VIH es el doble de la media nacional.
Asimismo, desde finales de 2019, los equipos de la organización brindan atención médica y apoyo psicológico gratuitos a pacientes que se encuentran en una etapa avanzada de la enfermedad y que también están coinfectados con tuberculosis (TB), siendo la única organización en Bangui que lo hace. También han implementado un sistema de referencia entre el hospital y los centros de salud periféricos, que se desarrollará aún más en los próximos meses.
Un año después del inicio del proyecto de VIH/sida de MSF en el Centro Hospitalario Universitario Comunitario de Bangui, 1.851 pacientes habían sido admitidos para recibir tratamiento contra el VIH, incluidos 558 pacientes que acababan de ser diagnosticados como VIH positivos.
Para conseguir que un mayor número de personas puedan acceder al tratamiento, MSF ha creado 'grupos comunitarios de antirretrovirales' en Bambari, Batangafo, Bossangoa, Boguila, Carnot, Kabo, Paoua y Zemio. En este sistema, grupos de pacientes que viven con VIH y que se encuentran en una condición estable designan a uno de sus integrantes para que vaya a recoger las dosis de medicamentos de todos los integrantes del grupo para los próximos meses, reduciendo de esta forma los costes de transporte y el tiempo dedicado a las consultas médicas.
Además de conseguir que más personas puedan acceder al tratamiento, estos grupos también ayudan a los pacientes a autogestionarse y a participar de forma activa en el mismo. Sirven sobre todo para fomentar el compañerismo y el apoyo y para conseguir una mayor adherencia al tratamiento, en un país donde el estigma contra las personas que viven con el VIH sigue siendo una dura realidad.
Los miembros de estos grupos son elementos clave de la prevención del VIH y han demostrado que la adopción de un enfoque comunitario puede ser extremadamente eficaz. Y ayudan además a garantizar que los pacientes puedan continuar su tratamiento incluso en circunstancias difíciles o peligrosas, como las que se dan en muchos lugares de la RCA.
Esta iniciativa liderada por la comunidad ha demostró ser aún más importante en el contexto de la COVID-19, cuando se redujo drásticamente el acceso a las estructuras sanitarias, en particular debido a las medidas de prevención y control de infecciones necesarias para prevenir la propagación del virus.
En 2019, un total de 6.600 personas que vivían con el VIH recibieron tratamiento ARV a través de los centros de salud que MSF respalda en República Centroafricana. Sin embargo, todavía queda un trabajo importante por hacer para descentralizar, desestigmatizar y garantizar que la prueba y el tratamiento del VIH sean gratuitos y accesibles para todos.
Si bien se han logrado algunos avances en la última década, la delicada situación del sistema de salud en el país, exacerbada por años de violencia, desplazamiento e inseguridad, hace que todavía existan muchas barreras en la lucha contra el VIH que habrá que ir poco a poco derribando. Es necesario redoblar los esfuerzos, y aumentar la inversión, para poner las pruebas y la atención gratuitas del VIH al alcance de todos en el país.