MADRID, 12 (EUROPA PRESS)
Las personas con problemas psicológicos tenían un mayor riesgo de mortalidad general, por enfermedades cardiovasculares y por tumores, según una investigación del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), que además muestra que esta asociación fue mayor entre los participantes a los que no se les había diagnosticado previamente un trastorno mental y aquellos que no tomaban medicamentos para problemas mentales.
El estudio, que ha sido publicado en la revista 'Journal of Psyquiatric Research', evalúa la asociación entre el distrés psicológico y la mortalidad en la población adulta española; en total se han analizado datos de 21.003 individuos, a los que se ha llevado a cabo un seguimiento de 9 años.
La conclusión del estudio es que los individuos con distrés psicológico presentan mayor riesgo de mortalidad. Concretamente, el riesgo de mortalidad global entre las personas con trastornos psicológicos que ya contaban con un diagnóstico previo de trastorno mental fue de 1,18, frente a 1,34 en las personas sin dicho diagnóstico. Mientras, las personas participantes con distrés psicológico que tomaban fármacos para el tratamiento de trastornos mentales tenían un riesgo de mortalidad menor que los que no estaban en tratamiento.
El estudio está enmarcado en el grupo de trabajo MESES 'Mortality to Spanish Health Surveys (MESES)', liderado por el investigador del ISCIII Iñaki Galán, del que forman parte las investigadoras Teresa López-Cuadrado -primera firmante del trabajo-, Cristina Ortiz y Ana Ayuso-Álvarez.
Teresa López-Cuadrado e Iñaki Galán señalan que las conclusiones de este trabajo pueden tener importantes implicaciones en salud pública, ya que "a pesar de la alta prevalencia de los problemas de salud mental, muchas personas no buscan ayuda profesional con prontitud, y, por tanto, pueden recibir el tratamiento demasiado tarde, o incluso no llegar a recibirlo".
Para llevar a cabo esta investigación se han utilizado datos de la Encuesta Nacional de Salud, que coordina el Ministerio de Sanidad, junto a información de los registros de defunción hasta diciembre de 2020. La variable principal de análisis es el denominado GHQ-12, un instrumento auto-administrado de cribado que tiene por objetivo detectar la prevalencia de casos probables de morbilidad psiquiátrica o de padecimiento psicológico en la población.