MADRID, 29 (EUROPA PRESS)
Las fracturas de cadera, vértebra y antebrazo son las más frecuentes y suponen en su conjunto la mitad de todas las fracturas por osteoporosis, según han informado médicos internistas en la 'XVI Reunión de Osteoporosis de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI)'.
La osteoporosis tiene una tasa de prevalencia en la población general en España del 22,5 por ciento en las mujeres y del 6,8 por ciento en los hombres mayores de 50 años. Es comparable a la de países como Francia, Alemania, Suecia y Reino Unido.
Según indica la coordinadora del Grupo de Trabajo de Osteoporosis (GTO) de la SEMI, Rosa Arboiro, "entre sus factores de riesgo están la edad, el sexo femenino, la fractura de cadera en los progenitores, el haber presentado una fractura por fragilidad previa, el tabaquismo, el consumo de alcohol, la falta de actividad física, el bajo peso, enfermedades endocrinológicas e inflamatorias intestinales y tratamientos como los glucocorticoides".
En el encuentro también se ha abordado la actualización del tratamiento de la osteoporosis. Desde octubre de 2022 se dispone de un nuevo fármaco osteoformador para la osteoporosis aprobado por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), el romosozumab y está "indicado para pacientes con osteoporosis grave que han presentado fracturas por fragilidad", según ha indicado Arboiro.
La coordinadora del Grupo de Trabajo de Osteoporosis (GTO) de la SEMIE ha indicado que el papel del internista en el manejo de la osteoporosis y sus complicaciones "es clave" por distintas razones, entre ellas por "la propia etiología de la patología, por la complejidad y necesidad de su tratamiento de forma integral, por la formación sólida y visión integral de los propios internistas y porque disponen de los medios necesarios para ello, y además de porque así lo creen también los propios internistas y la especialidad".
Precisamente, en una encuesta realizada por el Grupo de Trabajo en Osteoporosis de la SEMI a más de 500 internistas en España, el 90 por ciento de los encuestados opinaron que "la osteoporosis es una enfermedad que deben tratar los internistas".
Asimismo, la osteoporosis afecta a ambos sexos. "Una de las formas en las que afecta a la mujer después de la menopausia es la conocida como postmenopáusica. En el varón suele ser idiopática o secundaria a un amplio número de enfermedades, como determinadas endocrinopatías (entre ellas el hipogonadismo o el hiperparatiroidismo primario), el alcoholismo, enfermedades reumáticas, muchas neoplasias o su tratamiento (inmunosupresores o esteroides), producidas por fármacos, (como las sales de litio o los anticonvulsivantes además de los esteroides antes mencionados) o secundarias a enfermedades como los accidentes cerebrovasculares o las paraplejias o tetraplejias", ha señalado Arboiro.
En relación a la complejidad de su tratamiento, cabe destacar que, "en las personas de cierta edad, coexisten enfermedades muy frecuentes como la diabetes mellitus, la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, la insuficiencia renal, siendo el internista el especialista ideal para tratar simultáneamente todos estos procesos, adaptando los fármacos a las necesidades del paciente pluripatológico".
En España, según los últimos datos disponibles, se produjeron 285.000 fracturas en 2019, 33 cada hora. De ellas, el 22 por ciento son fracturas de cadera. En España, las fracturas por fragilidad constituyen la cuarta enfermedad crónica con mayor impacto. A pesar de los avances para conseguir una cirugía precoz y unos cuidados postoperatorios óptimos, la mortalidad en el primer año tras la fractura de cadera sigue siendo de un 20 por ciento.
El perfil de los pacientes que acuden a la consulta de Medicina Interna para la valoración de la osteoporosis, según el Registro OSTEOMED de SEMI, que incluyó 2024 pacientes con osteoporosis valorados en los Servicios de Medicina Interna participantes, fue mayoritariamente el de una mujer (89,9 %) con edad media de 64,7 años, con fracturas vertebrales en el 15,2 por ciento de los casos, con bajos niveles de actividad física y exposición solar y con comorbilidades asociadas, las más frecuentes la hipertensión arterial (HTA) y la dislipemia.
En este sentido, el Informe SCOPE 21 destaca que las personas que han sufrido una fractura por fragilidad no son evaluadas desde el punto de vista de su riesgo de fracturas y la presencia de osteoporosis. El 64 por ciento de las mujeres que han presentado una fractura por fragilidad no reciben tratamiento para la osteoporosis, lo que refleja una importante brecha en el tratamiento.