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9 mar. 2021 16:58H
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MADRID, 9 (EUROPA PRESS)

La salud de las mujeres de 65 años y más muestra estar relacionada, además de con sus propias características socioeconómicas, con las de sus parejas, así vivir con un marido mayor y con salud delicada penaliza la salud femenina, según una investigación realizada por expertos de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) y la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), centrada en el caso de España.

"El hecho de tratarse en muchos casos de las cuidadoras de sus parejas (hombres) implica un doble impacto sobre la salud femenina como consecuencia de las desigualdades de género: por ser dependientes económicamente de sus parejas y por tener que asumir una mayor carga diaria", explica a la Agencia Sinc Jordi Gumà, miembro del Grupo de Investigación en Sociodemografía (DEMOSOC) de la UPF y líder del estudio.

El estudio, publicado en 'Gaceta Sanitaria', analiza las diferencias de salud entre la población española de 65 a 81 años que vive en pareja. Se trata de un estudio pionero que analiza por primera vez la información sobre el nivel educativo, socioeconómico, edad y estado de salud de los dos miembros de la pareja de forma combinada, y no por separado.

El estudio demuestra que la convivencia con una pareja que no tiene buena salud se asocia con casi el doble de probabilidades de estar en la misma situación, y que la salud de las mujeres es significativamente mejor si su nivel educativo es superior al de su pareja, un resultado que fue menos significativo en el caso de los hombres.

"El estado de salud del otro miembro de la pareja es la variable que muestra el mayor efecto sobre la salud de la población española de 65 años y más que vive bajo este modelo de convivencia, aunque la salud de las mujeres parece ser más sensible al nivel educativo de su pareja y a la situación económica general del hogar", afirman los autores.

"Vivir con un marido mayor, con una salud delicada, penaliza la salud femenina. Por el contrario, la carga de trabajo adicional es menor para ellos cuando sus mujeres tienen una salud deficiente, ya que los hombres suelen compartir esta carga con otros familiares, principalmente mujeres, sobre todo hijas o nueras", apuntan a la Agencia los investigadores.

EFECTO DE APAREAMIENTO SELECTIVO

Además, los investigadores observan el efecto de apareamiento selectivo, es decir que las parejas que se parecen a uno mismo. En el estudio han visto que más probable que coincidan dos personas con un perfil socioeconómico y, muchas veces, un comportamiento similar. Este apareamiento selectivo a edades más jóvenes puede tener un efecto acumulativo sobre la salud a lo largo de los años, como consecuencia de factores de comportamiento, como fumar, dieta, consumo de alcohol, etc.

El estudio se ha realizado a partir de cerca de 1.800 personas de la Encuesta Europea de Ingresos y Condiciones de Vida de personas mayores (de 65 a 81 años) que convivían en pareja en 2015. A partir de modelos de regresión logística independientes para mujeres y hombres, los autores obtuvieron la estimación de las probabilidades de no tener buena salud autopercibida, es decir, cómo una persona percibe su propio estado de salud general.

Para los expertos el estudio contribuye a incidir en la necesidad de que las políticas públicas no solo se orienten hacia los grupos vulnerables típicos, como las familias monoparentales o con bajos ingresos, sino también hacia las personas jubiladas con pareja de baja formación.

"Los resultados son particularmente relevantes para los profesionales de la salud que están en contacto diario con pacientes, ya que demuestran que las desigualdades en salud quedan más determinadas en gran medida a escala doméstica que a escala individual", finalizan.

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