MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
La Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) han realizado un estudio en el que señalan que existe un "riesgo alto" de que el coronavirus se propague a las personas desde la industria peletera, compuesta principalmente por visones.
El tripartito mundial realizó la evaluación de riesgos a la luz del gran número de granjas peleteras de Europa, la amplia variedad de especies animales utilizadas para la cría de pieles y el alto número de casos de Covid-19 notificados entre las personas.
En abril de 2020, los Países Bajos notificaron por primera vez la presencia del coronavirus en crías de visones. Desde entonces, otros 9 países, 7 de los cuales se encuentran en Europa, han informado de hallazgos similares. De hecho, el continente cuenta con el mayor número de países productores de pieles de animales.
Asimismo, el pasado mes de noviembre, Dinamarca informó sobre la detección de una variante del SARS-CoV-2 asociada al visón con una combinación de mutaciones no observadas anteriormente (denominado Grupo 5). Los hallazgos preliminares sugirieron una menor capacidad de los anticuerpos para neutralizar la cepa, y el aislamiento de la cepa variante se compartió con laboratorios seleccionados por la OMS.
Tras estos hallazgos, la OMS, en colaboración con el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés), se reunió con países productores de pieles de visón, y realizó una encuesta sobre el SARS-CoV-2 en granjas de visones en Europa.
Estos esfuerzos tenían como objetivo obtener una visión general de la industria de la cría de pieles, recopilar información sobre las medidas aplicadas por los países para prevenir y reducir la transmisión del coronavirus entre humanos y animales, e informar del desarrollo de la evaluación de riesgos de 'One Health' sobre el SARS-CoV-2.
Un total de 31 de los 53 países europeos respondieron a la encuesta, de los cuales 15 contaban con una industria peletera, la cual compuesta principalmente por visones, ya que se utiliza menos la piel de otros animales como, por ejemplo, conejos o zorros.
De esta forma, se comprobó que 14 de los 15 países con industria peletera habían implementado sistemas de vigilancia del coronavirus en granjas peleteras. Además, nueve contaban con sistemas de vigilancia para detectar el virus en trabajadores de las granjas y ocho detectaron casos entre el personal.
Al mismo tiempo, mueve países estaban analizando las variaciones en las secuencias de ADN de los virus del SARS-CoV-2 en animales, mientras que ocho países estaban estudiando las variaciones en las secuencias de ADN de los virus del SARS-CoV-2 aislados y detectados en humanos.
Los análisis realizados identificaron varias combinaciones de mutaciones en variantes asociadas al visón. Asimismo, la información también mostró que las medidas de bioseguridad obligatorias y recomendadas para prevenir la transmisión del SARS-CoV-2 entre animales y humanos difieren considerablemente entre los países europeos. Esto incluye requisitos para el uso de equipo de protección individual (EPI), acceso a las granjas y movimiento de animales y trabajadores entre las mismas.
Ante este escenario, las organizaciones han destacado la necesidad de que se cumplan las estrictas medidas de bioseguridad sanitaria contra el SARS-CoV-2; se proporcione y asegurare el uso de EPIs apropiados por parte de los trabajadores agrícolas y los visitantes; se considere la realización de pruebas en animales basadas en el riesgo de coronavirus; se detecten y se analicen las especies silvestres susceptibles y otros animales que deambulan libremente en las cercanías de granjas de pieles infectadas con el SARS-CoV-2.
Finalmente, han aconsejado evitar que los trabajadores agrícolas con síntomas de COVID-19 ingresen a las instalaciones agrícolas; realizar la secuenciación del genoma completo de virus de casos humanos y animales; y mejorar la vigilancia de COVID-19 en la interfaz animal-humano donde se identifican los reservorios animales susceptibles, incluidas las granjas de pieles.