MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
Un nuevo estudio de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, publicado en la revista 'Resucitation', ha revelado que el uso de información casi universalmente disponible de un electrocardiograma (ECG) puede ayudar a predecir qué tan bien funcionarán los esfuerzos de reanimación o RCP.
Cada año, entre 1.200 y 1.500 pacientes sufren un paro cardiaco en los hospitales noruegos y un tratamiento rápido y sólido es absolutamente esencial para ayudar a estos pacientes a sobrevivir.
En el nuevo estudio, el equipo analizó datos de ECG de 298 pacientes con paro cardiaco. La información se tomó de desfibriladores en el Hospital St. Olavs en Trondheim en Noruega y dos hospitales estadounidenses.
"Elegimos electrocardiograma (ECG) como método porque todos los pacientes con paro cardiaco estarán conectados a un monitor de ECG con electrodos. El monitor de ECG está integrado en el desfibrilador que trae la ambulancia o el equipo de emergencia, o es parte de un sistema de monitoreo separado en el hospital. En otras palabras, el ECG siempre está disponible y, por lo tanto, es una fuente universal de información", explica autor principal del estudio y profesor de la NTNU y consultor principal en anestesia pediátrica en el Hospital St. Olavs, Eirik Skogvoll.
Los investigadores primero analizaron los datos examinando el progreso del paciente individual y descubriendo si el pulso de la persona regresa espontáneamente como resultado del tratamiento. A continuación, los investigadores examinaron el electrocardiograma registrado inmediatamente antes de que cambiara la frecuencia cardiaca de la persona.
"Resulta que hay una frecuencia cardiaca más alta justo antes de que regrese el pulso del paciente que si el pulso del paciente no regresa. Eso nos da la posibilidad de una evaluación de pronóstico continua, una especie de pronóstico del tiempo bueno o malo", asegura Skogvoll.
Los investigadores también utilizaron otra información del ECG, el ancho de la señal del ECG. Cuando el ancho de la señal es estrecho o se estrecha, es una buena señal. Pero si el ancho es amplio o se extiende no es tan buena señal.
La esperanza es que el nuevo método pueda permitir tratamientos más personalizados en el futuro. "Puede significar que continuamos con el buen trato que se da, si el resultado en el ECG apunta en la dirección correcta. También puede significar que tenemos que reevaluar parte de la estrategia de tratamiento si el resultado apunta en la dirección equivocada", explica Skogvoll.
Sin embargo, los médicos de St. Olav creen que se debe investigar más para obtener mejores respuestas. Quieren que los hallazgos se verifiquen con la ayuda de otros estudios independientes.