MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
Los gobiernos y los responsables políticos, en colaboración con las organizaciones farmacéuticas nacionales, deben regular y supervisar el consumo de antimicrobianos, las vías de acceso a los mismos y la disponibilidad de datos sobre ellos en seres humanos y animales, según ha afirmado la Federación Internacional Farmacéutica (FIP) en una nueva declaración sobre la mitigación de la resistencia antimicrobiana.
La declaración enumera una serie de recomendaciones adicionales a este grupo de partes interesadas, entre ellas que tomen medidas para facilitar el registro de antimicrobianos nuevos o ya existentes, proporcionando incentivos económicos adecuados para fomentar su desarrollo y disponibilidad comercial, y que permitan a los farmacéuticos producir antibióticos esenciales en casos de escasez.
"Esta nueva política sustituye a una publicada por la FIP en 2017. También hace un fuerte llamado a los farmacéuticos para que adopten roles de liderazgo en la mitigación de la resistencia y el avance de la administración antimicrobiana (AMS). La RAM es una de las mayores amenazas para la salud pública a las que nos enfrentamos y se necesita una acción urgente a través de la MAM", ha dicho la vicepresidenta de la FIP, Manjiri Gharat, que también es copresidenta de la Comisión de la FIP sobre la RAM y codirigió el comité de políticas que elaboró la declaración.
También se anima a los farmacéuticos a instar a las autoridades competentes a que les involucren en los programas de inmunización nacionales y locales, especialmente para las poblaciones vulnerables, con el fin de ayudar a reducir la necesidad de utilizar antibióticos.
"Además, la declaración pide a los farmacéuticos que fomenten el uso de herramientas de diagnóstico en el punto de atención para detectar los primeros signos de enfermedades infecciosas, así como que aboguen por un enfoque respetuoso con el medio ambiente y la aplicación de los principios de la farmacia verde en todo el ciclo de vida de los antibióticos", ha dicho Gharat.
La declaración llama la atención sobre los retos en la lucha contra la RAM, que incluyen una vigilancia y un control inadecuados, una cadena de suministro poco fiable, una regulación y aplicación de los medicamentos que no es óptima y una prevención y control de las infecciones inadecuados, así como un saneamiento e higiene del agua deficientes. La política también recoge una serie de compromisos del PIF, como el apoyo a la investigación científica y a la información basada en pruebas para avanzar en el conocimiento sobre el uso eficaz, seguro y responsable de los antimicrobianos en las comunidades y otros entornos sanitarios.