MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
La hipoacusia o disminución de la capacidad de audición se trata de una patología cuya presencia aumenta mientras se envejece y que puede generar malos entendidos que "acarreen consecuencias graves para la salud", según el especialista en Otorrinolaringología de HM Hospitales, Alejandro Harguindey Antolí-Candela.
Por este motivo el doctor hace hincapié en la importancia de diferenciar entre las pérdidas derivadas de un traumatismo o una enfermedad de aquellas que aparecen por problemas congénitos, hereditarios o referentes a la edad.
Existen tres tipos de hipoacusias, las transmisivas, las neurosensoriales y las mixtas. Las transmisivas, según asevera el Harguindey, "son aquellas que se producen porque algo impide la transmisión del sonido", pueden darse por tapones de cera, moco derivado de una otitis, alteraciones del tímpano o de la cadena, o una otosclerosis que fija el estribo y no le deja moverse adecuadamente.
"Las hipoacusias neurosensoriales se deben a una lesión del oído interno como el trauma acústico", explica el experto. Las hipoacusias hereditarias vienen producidas por fármacos ototóxicos o la presbiacusia debida a la edad. En las mixtas, "se combinan las transimisivas con las neurosensoriales", clarifica.
A menudo son los familiares los primeros que perciben que algo le está sucediendo al paciente cuando este, por ejemplo, no responde a las preguntas que se le formulan o sube sistemáticamente el volumen del televisor. Si una persona presenta estos síntomas, es recomendable llevar a cabo una revisión de la audición.
El manejo de esta patología varía en función del motivo de la pérdida auditiva. De esta manera, las hipoacusias transmisivas suelen tratarse quirúrgicamente, pudiendo incluso realizarse reconstrucciones tímpano-osiculares. Si el resultado no fuese el esperado, podría recurrirse a las prótesis, que, según comenta Harguindey, "han mejorado en calidad y diseño los últimos años".
Si no fuese posible la utilización de una prótesis, el especialista afirma que actualmente hay "innumerables tipos de implantes, de transmisión ósea, de oído medio y cocleares para los casos severos". No obstante, algunas malformaciones cocleares, neurales o secuelas tumorales centrales no son candidatas a estos implantes, para estas ocasiones quedaría la opción del implante de tronco cerebral o el lenguaje de signos.