MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
La carga del nuevo coronavirus se puede inactivar en superficies y lugares cerrados si están a 56 grados durante 52 minutos, o bien 7 minutos y medio a 65 grados, según ha puesto de manifiesto un estudio llevado a cabo por científicas del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) de Cataluña.
En concreto, los resultados han evidenciado que el 99,99 por ciento de la carga vírica del coronavirus presente en espacios cerrados y superficies se inactivaría si estos se someten a una temperatura de 56 grados durante 52 minutos o, lo que sería equivalente, a 65 grados durante 7,5 minutos.
Para alcanzar esta conclusión, recogida en la plataforma Sinc, las investigadoras primero revisaron los trabajos disponibles sobre la inactivación térmica de diferentes coronavirus. Luego construyeron un modelo matemático con los llamados parámetros cinéticos de activación térmica, como el tiempo necesario para reducir en un 90 por ciento la carga viral (DT) y la constante de resistencia térmica (z), que cuantifica la sensibilidad del patógeno al incremento de la temperatura de un tratamiento.
Las condiciones que afectan la viabilidad y el tiempo de supervivencia del coronavirus no se conocen con certeza, y la información científica sobre su persistencia térmica es muy escasa. Hasta ahora, la temperatura que se había tomado como referencia para inactivar virus como este es la del coronavirus anterior, el virus que se inactiva a una temperatura de 56 grados durante 15 minutos.
DESINFECCIÓN TÉRMICA
"Por la incertidumbre de la información disponible y la variabilidad entre los diferentes coronavirus, una estimación más segura y conservadora del tiempo necesario para inactivar en un 99,99 por ciento la carga vírica (equivalente a las 4 unidades logarítmicas que se exige a los biocidas químicos) sería someter los espacios y las superficies infectados como mínimo a 56 grados durante 52 minutos, o a una combinación equivalente", han explicado las expertas.
La investigación concluye que la desinfección térmica puede ser una buena alternativa a la química en espacios y superficies con coronavirus porque estos lugares permaneces secos y no quedan residuos. Esta desinfección con calor se podría aplicar en entornos urbanos y públicos, en concreto, en medios de transporte como autobuses, trenes, taxis y ambulancias.
De hecho, el encargo de este estudio parte de la empresa Techtrans Systems (OPP group), que ya había desarrollado un sistema de desinfección térmica de camiones para el transporte de animales, DrySist. Con los nuevos datos, ahora lo podrá adaptar también en la desinfección de SARS-CoV-2 en vehículos de transporte público.
El sistema DrySist se utilizaba para desinfectar vehículos de transporte de cerdos frente a patógenos como la salmonela, Listeria monocytogenes y el virus del síndrome reproductivo y respiratorio porcino. En su momento el IRTA también contribuyó a la validación de este sistema desarrollado por una de sus investigadoras, Cristina Castañé, junto a técnicos de OPP group.