MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
La Asociación Española de Pediatría (AEP), a través de su Sociedad Española de Pediatría Social (SEPS), ha participado, junto a la Asociación de Trabajadores Sociales Forenses, el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses y el Ministerio de Justicia, en la elaboración de la Guía de Actuación en la Atención a Menores Víctimas en los Institutos de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
El objetivo de este protocolo es estandarizar las actuaciones que deben llevarse a cabo en estos casos, dirigidas a mejorar la evaluación de los menores, reforzar la coordinación inter-profesional y establecer unas pautas a nivel nacional. Los malos tratos en la infancia constituyen un problema social complejo que, una vez detectado, requiere de la intervención ágil y coordinada de diferentes profesionales para garantizar los derechos de los niños y protegerlos.
En este sentido, la presidenta de la AEP, María José Mellado, ha destacado la importancia y la conveniencia de aplicar los protocolos validados por expertos, ya que "tratar con niños víctimas de maltrato requiere formación, tiempo, serenidad y compromiso".
El profesional debe ser "cercano y empático", pero también "debe proceder de una manera racional, con procedimientos científicamente fundados", explica. Esta es una población muy vulnerable, por lo que es "fundamental que sea atendida por profesionales formados que conozcan las actuaciones, los entiendan y los cuiden como los niños que son", añade.
El documento atiende a unos principios básicos centrados en la protección, seguridad e intimidad del menor, quien tiene derecho a recibir la mejor asistencia tanto sanitaria como psicológica que necesite y arbitrada ágilmente desde el primer momento.
Igual de importante es que el niño "sea informado y escuchado, en base a su grado de madurez", en todo momento del proceso, y que se tomen en consideración sus "características personales y sociales", afirma la doctora Mellado. Asimismo, el documento aborda la necesidad de evitar desplazamientos no indispensables por parte del menor, y que éste repita innecesariamente el relato de los hechos, así como la duplicidad en las exploraciones médicas.
Mantener en lo posible su entorno social habitual, cuando sea precisa la separación familiar temporal, o reducir el tiempo de ingreso en una institución hasta su incorporación a un núcleo familiar, son otros de los aspectos que detalla esta guía.