Abogan las denominadas quirúrgicas para la población y por la higiene de manos. La Comunidad defiende que son modelos de "gran utilidad"
MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
Diversos jefes de servicios de Medicina Preventiva de diversos hospitales madrileños han pedido a la Consejería de Sanidad que reconsidere el reparto de mascarillas FFP2 de forma genérica a la población al entender que "no se sustenta en la evidencia científica", puede "confundir a la población y no ayudar al control de la transmisión" y puede contribuir a una "falsa sensación de seguridad".
Así lo manifiestan en una misiva, a la que ha tenido acceso Europa Press y adelantada por el diario 'El País', dirigida al consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, los responsables o jefes de servicio de Medicina Preventiva de 17 hospitales madrileños, que cuestionan la medida de repartir 14 millones de unidades modelo KN95 de forma gratuita entre la población.
Al respecto, los firmantes de la carta han detallado que para poder realizar "una adecuada prevención y control" de las infecciones es "necesario" aplicar medidas "ajustadas al mecanismo de transmisión, al riesgo y a la evidencia científica disponible".
En el caso del coronavirus, han recordado que se transmite fundamentalmente por gotitas que se producen al hablar, toser o estornudar y su alcance es de alrededor de 1-2 metros. "Por su tamaño y alcance, el uso de mascarillas quirúrgicas es la medida preventiva más adecuada para prevenir este mecanismo de transmisión", han aseverado.
Los responsables de Medicina Preventiva han subrayado que esas gotas "contaminan" los objetos y superficies, que al ser tocadas con las manos pueden posteriormente hacer llegar las partículas virales a las mucosas de boca, nariz u ojos.
"Por ello, son igualmente importantes otras medidas preventivas, como la higiene frecuente de manos, evitar tocarse la cara y la limpieza y desinfección de superficies", han reiterado en relación a la importancia del lavado de manos.
Además, determinados procedimientos que añaden flujos de aire a presión a las secreciones respiratorias, producen aerosoles o microgotas, capaces de permanecer suspendidas en el aire durante algún tiempo, y transmitir el virus por vía aérea.
Este último mecanismo de transmisión se produce "fundamentalmente" en las Unidades de Críticos, donde por este motivo las mascarillas de protección FFP2 o FFP3 son "imprescindibles para proteger a los sanitarios" durante la realización de procedimientos que generan aerosoles.
"Los Servicios de Medicina Preventiva de los hospitales de la Comunidad de Madrid consideramos que es fundamental a nivel comunitario establecer una política de 'control del emisor'. Para este propósito están recomendadas las mascarillas tipo quirúrgico o higiénicas, eficaces principalmente para evitar que el que las lleva contamine el aire, los objetos o directamente a otras personas con sus secreciones respiratorias. Este tipo de mascarillas también tienen efecto protector frente a las salpicaduras de gotitas", han explicado los firmantes de la misiva.
ESTAS MASCARILLAS REQUIEREN ADIESTRAMIENTO
Sin embargo, han remarcado que el uso de mascarillas de protección respiratoria FFP2 "no está indicado en población general por múltiples motivos", como el ser un elemento que requiere para ser efectiva un "adiestramiento en su colocación, pues si no se utilizan adecuadamente no son eficaces para proteger de los aerosoles, que es un mecanismo de transmisión excepcional a nivel comunitario".
Además, han proseguido que su uso "continuado dificulta la respiración, es incómodo, y en determinadas personas, no tolerable". "Su utilización en población general favorecerá que las personas se toquen más frecuentemente la cara y se quiten la mascarilla al no poder respirar cómodamente favoreciendo el riesgo de contagio", han añadido.
Estos facultativo también han llamado la atención en que la duración de la eficacia de estas mascarillas de protección (FFP2, FFP3) está "limitada en el tiempo y se necesitaría un gran stock para garantizar que todos los madrileños dispongan de estas mascarillas durante los próximos meses".
Algunos modelos de mascarillas FFP2, FFP3 disponen una válvula de exhalación, lo que condiciona que en este caso el portador de la mascarilla esté protegido pero no se consigue el efecto de "control de la fuente de infección".
"FALSA SENSACIÓN DE SEGURIDAD"
Por otro lado, la "limitación de recursos" para la protección de los profesionales sanitarios que se ha experimentado durante la pandemia ha obligado en los centros sanitarios a adoptar medidas de racionalización de su uso, recomendando el uso de mascarillas quirúrgicas para todas aquellas situaciones en las que "no se puede mantener la distancia física, y reservando el uso de mascarillas de protección (FFP2/3) a aquellas situaciones en las que se generan aerosoles, prolongando su duración y empleando certificaciones diferentes al marcado CE".
"La distribución de mascarillas de protección FFP2 a la población resulta una medida desproporcionada si no se asegura antes su disponibilidad en las situaciones en las que realmente están indicadas. La protección de los trabajadores sanitarios, en función de los procedimientos de riesgo, es una prioridad por su mayor riesgo de contagio", han apuntado los responsables de Medicina Preventiva de los hospitales madrileños.
En consecuencia, el uso de mascarillas FFP2 en situaciones que "no lo requieren" favorece "una falsa sensación de seguridad" que conlleva una menor adherencia con las medidas preventivas más importantes y a las que habría que prestar más atención, como mantener el distanciamiento social y el énfasis en la higiene de manos, preferentemente desinfección con soluciones alcohólicas o lavado con agua y jabón (evitando el uso de guantes) o de superficies.
Así, exponen que el uso de las mascarillas de protección (FFP2, FFP3) no está "actualmente recomendada" para la población general ni por el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU (CDC).
"Desde los Servicios de Medicina Preventiva de la Comunidad de Madrid solicitamos que reconsideren esta medida que no se sustenta en la evidencia científica, que puede confundir a la población y no ayudar al control de la transmisión, y que podría volver a poner en riesgo la seguridad y la salud de los profesionales sanitarios", han concluido.
COMUNIDAD: SON MASCARILLAS DE GRAN UTILIDAD
Por su parte, la Comunidad de Madrid ha recalcado que estas mascarillas cumplen con la normativa de la Unión Europea, son reutilizables y su duración "es mayor" que la de las mascarillas quirúrgicas.
"Se trata de mascarillas de gran utilidad cuando se avance en las diferentes etapas y los ciudadanos se encuentren con alguna situación en las que por algún motivo no se pueda guardar debidamente la distancia de seguridad", ha defendido el Gobierno regional en un comunicado, para remarcar que trabaja para que el uso de estos elementos sea "obligatorio" en el transporte público y en otros espacios públicos y cerrados.
La decisión de la Comunidad de Madrid de distribuir este tipo de mascarillas a todos los ciudadanos se ha tomado después de asegurar que los profesionales sanitarios dispondrán de todos los equipos de protección y tipos de mascarillas "necesarios en cada momento".
Por lo tanto, la entrega de este tipo de mascarillas "no afecta a las necesidades de protección de los profesionales", ya que hay "stock de seguridad suficiente" en los almacenes de la red del Servicio Madrileño de Salud y pedidos pendientes de entrega de todo tipo de material.