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20 dic. 2018 16:02H
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MADRID, 20 (EUROPA PRESS)

Investigadores de la Universidad de Málaga han demostrado que la pisada de un niño se relaciona con su mordida. Los resultados revelan que el 50 por ciento de los que manifiestan protrusión de mandíbula (movimiento del maxilar inferior hacia delante) presentan un tipo de pisada pronada (cuando el pie rota hacia dentro para distribuir el impacto al entrar en contacto con el suelo).

El grupo 'PODUMA', especializado en podología infantil, concluye que la postura del pie se relaciona directamente en el riesgo de padecer problemas de maloclusión. A partir de un estudio, para el que han analizado a unos 200 escolares de seis a nueve años, han evidenciado que casi el 50 por ciento de los niños que manifiestan protrusión de mandíbula muestran, asimismo, un tipo de pisada pronada, es decir, volcada para adentro.

"Detectamos también que el cien por cien de los niños que tenían un tipo de pie pronado estaba relacionado con protrusión de mandíbula", afirma Gabriel Gijón, experto en biomecánica del pie y profesor de la Universidad de Málaga, a la Agencia Sinc.

Los científicos malagueños han dedicado cinco años de trabajo para la realización de este proyecto de investigación. Así, a partir de un sistema de medidas, en una primera fase, se evaluó dos variables podológicas: el índice postural del pie y el ángulo de la huella.

Otra de las conclusiones, publicadas en la revista 'Medecin', fue el hallazgo de una menor prevalencia de esta relación en los niños con retrusión de mandíbula, pero sí una correspondencia de la normalidad cuando no se producen ninguna de las dos alteraciones.

Tal y como aseguran los autores, este estudio es un punto de partida al que podría añadirse el análisis de otras extremidades o, incluso, abordar otras hipótesis. "Por ejemplo, se podría valorar si el problema es al contrario, de la mandíbula a los pies", explica el experto.

Trasladar este estudio a adolescentes y adultos o avanzar en el plano científico, a partir de un ensayo clínico, serían los siguientes pasos. "Nos interesa saber en qué medida el tratamiento de una de estas dos alteraciones condicionaría a la otra", concluye Gijón.

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