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3 sept. 2020 10:30H
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MADRID, 3 (EUROPA PRESS)

Investigadores de la Universidad Real Instituto de Tecnología de Melbourne (Australia) han desarrollado una piel artificial electrónica que reacciona al dolor, tacto y calor como la piel humana, abriendo así el camino a mejores prótesis, robótica más inteligente y alternativas no invasivas a los injertos de piel.

En concreto, el dispositivo, que ha sido publicado en la revista 'Advanced Intelligent Systems', imita la respuesta de retroalimentación casi instantánea del cuerpo y puede reaccionar a sensaciones dolorosas con la misma velocidad que tienen las señales nerviosas viajan al cerebro.

"Estamos sintiendo cosas todo el tiempo a través de la piel, pero nuestra respuesta al dolor solo se activa en ciertos momentos como, por ejemplo, cuando tocamos algo demasiado caliente o demasiado afilado. Ninguna tecnología electrónica ha sido capaz de imitar hasta ahora de manera realista esa sensación de dolor tan humana, si bien nuestra piel artificial es capaz de instantáneamente cuando la presión, el calor o el frío alcanzan un umbral doloroso", han explicado los investigadores.

Además del prototipo de detección de dolor, el equipo de investigación también ha desarrollado dispositivos que utilizan componentes electrónicos extensibles que pueden detectar y responder a los cambios de temperatura y presión.

Con un mayor desarrollo, la piel artificial estirable también podría ser una opción futura para los injertos no invasivo de piel, donde el enfoque tradicional no es viable o no funciona. "Necesitamos un mayor desarrollo para integrar esta tecnología en aplicaciones biomédicas, pero los fundamentos (biocompatibilidad, estirabilidad similar a la piel) ya están ahí", han apostillado los expertos.

En concreto, la nueva tecnología combina materiales de óxido con silicona biocompatible para ofrecer dispositivos electrónicos transparentes, irrompibles y portátiles tan finos como una pegatina; está recubierta por reactivos 1.000 veces más finos que un cabello humano; y es capaz de imitar la forma en la que el cerebro usa la memoria a largo plazo para recordar y retener información previa.

"Básicamente, hemos creado los primeros somatosensores electrónicos, que replican las características clave del complejo sistema de neuronas, vías neurales y receptores del cuerpo que impulsan nuestra percepción de los estímulos sensoriales. Si bien algunas tecnologías existentes han utilizado señales eléctricas para imitar diferentes niveles de dolor, estos nuevos dispositivos pueden reaccionar a la presión, la temperatura y el dolor mecánicos reales, y brindar la respuesta electrónica correcta. Esto significa que nuestra piel artificial conoce la diferencia entre tocar suavemente un alfiler con el dedo o apuñalarte accidentalmente con él, una distinción fundamental que nunca antes se había logrado electrónicamente", han zanjado los investigadores.

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