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10 jun. 2020 16:49H
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MADRID, 10 (EUROPA PRESS)

Un nuevo artículo publicado en la revista 'Trends in Cognitive Sciences' ha explorado las consecuencias negativas de gran alcance que el aislamiento social tiene en nuestro bienestar psicológico y salud física, incluyendo la disminución de la esperanza de vida. El documento fue redactado conjuntamente por Danilo Bzdok, de la Universidad McGill e Instituto de Inteligencia Artificial de Mila, en Canadá', y Robin Dunbar, de la Universidad de Oxford.

Mediante el examen de una amplia gama de estudios, se obtuvo un panorama completo del grave impacto que puede tener la soledad: "tener fuertes relaciones interpersonales es crítico para la supervivencia a lo largo de toda la vida; el aislamiento social es un predictor significativo del riesgo de muerte; la insuficiente estimulación social afecta al razonamiento y al rendimiento de la memoria, a la homeostasis hormonal, a la materia gris/blanca del cerebro, a la conectividad y a la función, así como a la resistencia a las enfermedades físicas y mentales; los sentimientos de soledad pueden propagarse a través de una red social, causando una percepción social negativamente sesgada, aumentando la morbilidad y la mortalidad y, en las personas de edad, precipitando la aparición de demencia como la enfermedad de Alzheimer".

La soledad afecta directamente al sistema inmunológico, haciéndonos menos resistentes a las enfermedades e infecciones. De hecho, sentirse solo y tener pocos amigos puede dar lugar a una defensa inmunológica particularmente deficiente. Sin embargo, las personas que están más integradas socialmente tienen biomarcadores mejor ajustados para la función fisiológica, como una menor presión sanguínea sistólica, un menor índice de masa corporal y menores niveles de proteína C reactiva (otra respuesta molecular a la inflamación).

Los seres humanos son intensamente sociales y se benefician psicológica y físicamente de la interacción social. Cuanto más unidos estemos en una red de amigos, por ejemplo, menos probabilidades tenemos de enfermarnos y más altas son las tasas de supervivencia. Se ha descubierto que las personas que pertenecen a más grupos, como clubes deportivos, iglesia, grupos de pasatiempos, reducen su riesgo de depresión futura en casi un 25 por ciento.

"Somos criaturas sociales. La interacción social y la cooperación han impulsado el rápido ascenso de la cultura y la civilización humanas. Sin embargo, las especies sociales luchan cuando se ven obligadas a vivir en aislamiento. Desde los bebés hasta los ancianos, la integración psicosocial en las relaciones interpersonales es fundamental para la supervivencia. Ahora es más urgente que nunca reducir la brecha de conocimientos sobre cómo el aislamiento social afecta al cerebro humano, así como al bienestar mental y físico", detalla Danilo Bzdok.

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