MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
El Comité de Nutrición de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) se ha posicionado a favor de la implantación de medidas en el etiquetado frontal de los alimentos que permitan conocer al consumidor los productos más saludables, pero "siempre que tengan una base científica sólida y se adapten a las peculiaridades de la sociedad española".
"La alimentación tiene un papel importante en la preservación de la salud, ya que una alimentación desequilibrada, carencial o de baja calidad se puede relacionar con el riesgo de presentar enfermedades cardiovasculares, diabetes, distintos tipos de cáncer, etc. Por este motivo, desde distintas Instituciones, entre las que se encuentra la FEAD, se quiere fomentar la alimentación saludable, la actividad física e invertir la tendencia ascendente de la prevalencia de la obesidad" apunta el responsable del Comité de Nutrición de la FEAD, Frances Casellas Jordá.
Con la idea de facilitar la comprensión de la información nutricional y de estimular la industria alimentaria para elaborar productos más saludables, en 2018 el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social anunció su intención de implementar el 'Nutri-Score', que consiste en una figura, como un semáforo, de 5 colores (de verde oscuro a naranja oscuro) asociados a 5 letras (categorías de la A, a la E) que describen 5 niveles de calidad nutricional.
La clasificación en cada categoría se realiza mediante el cálculo de una puntuación global relativa al contenido de nutrientes en 100 gramos de producto; los considerados "menos favorables" desde el punto de vista nutricional son aquellos con más calorías, azúcares, ácidos grasos saturados y sodio.
Con la implementación de esta herramienta se han generado varias críticas, pero el hecho que ha creado mayor debate ha sido la valoración de "mala calidad" del aceite de oliva, debido a su contenido en grasa. Esta calificación ha provocado que varios expertos hayan reclamado que se tenga en cuenta la cantidad y también la calidad de la grasa, para que no se graven alimentos de alto valor nutricional, reconocidos incluso en la dieta mediterránea, y que se recomiendan para una vida saludable.
En este sentido, el Comité defiende que múltiples estudios científicos manifiestan el beneficio del aceite de oliva no solo en la prevención de la obesidad y/o las enfermedades cardiovasculares, también destacan la gran capacidad antioxidante y su efecto antiinflamatorio en diversas patologías, incluyendo algunas digestivas.
En este sentido, recuerdan que la situación del jamón ibérico es similar, pese a que destacan "su calidad proteica, de ácidos grasos y aporte de micronutrientes, siempre considerando que su consumo debe ser moderado".